Los incendios forestales del verano requieren una nueva estrategia

'Menudo Panorama' con Pedro Santa Brígida

Pedro Santa Brígida
Jueves, 21, Julio, 2022
ActualidadNacional

"Nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena". Los incendios forestales del verano han vuelto este año con más virulencia de la habitual. Las altas temperaturas, las olas de calor, han generado fenónemos atmosféricos atípicos. El discutido cambio climático le está pillando con el pie cambiado a unos cuantos.

Castilla y León ha sufrido 165 incendios en tan sólo una semana, 35 fuegos en un día, el pasado viernes. Los datos son elocuentes, la provincia de Zamora, la más castigada de la comunidad autónoma, ha registado casi 60.000 hectáreas arrasadas por las llamas en apenas un mes. El panorama es desolador.

La Sierra de la Culebra y Losacio en Zamora, Monsagro y Candelario en Salamanca, Navafría en Segovia, Hoyo de Pinares y Cebreros en Ávila, Paradaseca, Puente de Domingo Flórez y Montes de Valdueza en León o Castronuño en Valladolid son algunos de los lugares donde la lucha contra el fuego ha sido noticia en recientes fechas. Sólo las personas afectadas directamente y los equipos de extinción, los llamados brigadistas forestales -a los que sin lógica alguna se niega el tratamiento laboral y el sueldo de bomberos- conocen la cruda realidad de lo que está sucediendo. Los demás lo vemos en redes sociales y en televisión. A menudo cuando pasamos días, semanas o meses después en coche por las zonas afectadas.

Las imágenes de la pelea de los vecinos de la localidad zamorana de Tábara contra las llamas pasarán a la dramática historia de los incendios forestales. Peor aún, los dos fallecidos también. Un bombero forestal y un ganadero -hay otro vecino herido grave por quemaduras- se suman a la lista negra de vidas segadas por los fuegos estivales. Lo primero son las personas, después el daño económico y ecológico de quienes padecen los incendios junto a sus viviendas.

Ahora el Gobierno, las comunidades autónomas y los sindicatos del sector reclaman cambios en la ordenación de los planes de lucha contra los incendios forestales. Incluso se anuncian medidas para mejorar las condiciones laborales de los fijos-discontínuos. Lo que está ocurriendo este verano deja meridianamente claro que los actuales programas de lucha contra el fuego están caducos. Es necesario reconfigurar la estragia global del país, repensar cómo se debe actuar desde cada administración y organismo implicado en la tarea. Gobierno central, comunidades autónomas, Ejército, empresas privadas contratadas...

Los técnicos y expertos en lucha contra el fuego reconocen que lo que está ocurriendo ha superado las previsiones, incluso sus conocimientos. Es hora de que los dirigentes políticos cojan este toro por los cuernos porque los científicos advierten que los fenómenos climatológicos extremos irán a más en los próximos años. Por eso precisamente, no es momento de parches si no de decisiones muy estudiadas y consensuadas entre todos los que tienen responsabilidad en la lucha contra los incendios forestales.

Sirvan estas líneas como reconocimiento a quienes se juegan la vida por defender nuestro enorme patrionio natural, nuestros bosques y parajes verdes, los sembrados, el ganado... Es imprescindible invertir más en esta labor. Dinero, sí, un montón de millones de euros más. Eso no garantizará que no haya fuegos, pero ayudará sin duda alguna a que no se propaguen con facilidad. Y castíguese con rigor a aquellos descerebrados que prenden fuego al monte.

Trabajando este verano en Villardeciervos, Zamora, en un programa de televisión fuimos desalojados con urgencia por la Guardia Civil ante la cercanía del pavoroso incendio en la Sierra de la Culebra. Nosotros volvimos a nuestras casas, mientras que los vecinos se fueron a dormir a pabellones deportivos de otras localidades, dejando atrás sus hogares, sus pertenencias. Las miradas tristes, las expresiones de preocupación, miedo y angustia resultaron toda una experiencia personal y profesional.

¡Va por ti hermano!

NUESTRA NEWSLETTER

SÍGUENOS