Se presentaba un sábado curioso, con cositas, como a mí me gusta. El circuito pasado por agua durante toda la mañana y las predicciones de lluvias torrenciales nos ilusionaban con uno de esos escenarios en los que Alonso vuela. Pero este año la meteorología se equivoca más que los ingenieros de Ferrari con? todo. El circuito se secó y no cayó ni una gota más durante toda la Qually. ¿Promesa de aburrimiento?: para nada.
Circuito seco: neumático blando. En Q1 se dio una situación excepcional por la baja temperatura en pista, ya que pilotos con neumáticos blandos de 4/5 vueltas seguían tirando y mejoraban sus propios tiempos como consecuencia de que las condiciones en pista (agarre y temperatura) iban mejorando con cada vuelta. Varios equipos de zona noble gastaron dos juegos de blando en esta tanda, Mercedes, Alpine y uno de los Mclaren, junto con los equipos de la zona baja. Se quedaron fuera los Williams, los Alpha Tauri y Vettel. Gasly realmente pasó, pero le eliminaron el tiempo entre la Q1 y Q2 por límites de pista salvándose de esta manera Schumacher. Una pena ver último a Vettel justo tras anunciar su retirada el año próximo.
En la Q2 se empezó a animar la cosa, Verstappen se ponía primero, sorprendiendo a toda la parrilla con un tiempo de 1:17.703. Aún más sorprendente fue que Alonso se pusiera segundo con un registro de 1:17.904 en su primer intento. Impresionante el nano, demostrando que los recién cumplidos 41 le sientan igual o mejor que los 40. Los Ferrari se afanaban en marcar buenos tiempos para acercarse al neerlandés. Checo Pérez tenía problemas, una semana más, con los límites de pista y con el ritmo, hundiéndose hasta la decimoprimera posición. Max se quedaba sin su escudero de cara a la carrera o eso creíamos. Los Mclaren parecían otro coche, y Norris y Ricciardo pasaron cómodamente a Q3, más el británico que el piloto kiwi pero eso no es nada nuevo. Carlos por su parte mostraba muy buen ritmo y nos hacía creer en otra pole del madrileño. Los Mercedes habían revivido, tras unos libres deprimentes y volaban en pista.
Si la Q2 había sido entretenida, en la Q3 hubo varios infartos. Los Ferrari y Verstappen parecían destinados a pelear la pole y así fue desde el inicio. Carlos marcó un extraordinario 1:17.501 en su primer intento, poleman provisional, y lo cierto es que algunos creíamos que ese tiempazo le valdría la pole aun sin segundo intento. Verstappen falló a la primera y se borró del segundo intento por problemas mecánicos, ¡saldrá décimo!. Queda emoción en el mundial. Leclerc se quedaba muy cerca en el segundo intento, pero Carlos se mejoraba a si mismo en 80 milésimas, asegurando esa primera posición, o eso creíamos. Pero llegó Mr Saturday, el hombre Qually, da igual como le llamemos, Don George Russell, y mejoró el tiempo de Sainz en 44 milésimas y se llevó la pole. Volvimos a ver al genio de las quallys que el año pasado hacía magia con un Williams, y este año impresiona con Mercedes. Lo siento por Carlos, pero este tío hizo un truco que nos dejó a todos boquiabiertos cuando pensábamos que el show ya se había terminado, apareció de nuevo la magia de la Formula 1. Fernando acabó sexto, tercera línea y sin coches ultra competitivos por delante a excepción de los Ferrari y con permiso de Russell, apunta a domingo interesante para los españoles. Aunque los dos salen por el lado sucio, y eso en Hungaroring no mola.
Mañana debe ser el día Ferrari. Castigar los fallos de Red Bull y demostrar que este mundial está muy vivo. Ayudará un circuito donde adelantar es más complicado, sino que le pregunten a Hamilton que por culpa de Alonso (le aguantó 10 vueltas con un coche de juguete)se dejó unos puntos que le habrían dado el mundial del año pasado. Ferrari aspira a un uno-dos. Veremos quien acaba uno y quien dos. Sainz sufrirá en la salida, pero luego tiene más ritmo y sin ordenes de equipo podría ganar. Sería bonito que Russell cerrara el podium. Y en cuanto a Alonso, por muy sucio que este su lado siempre esperamos una salida marca de la casa y un par de adelantamientos by the face, y a ver después lo que puede aguantar en un circuíto a su medida. Desde atrás Max y Hamilton irán con el cuchillo entre los dientes. No hay nada escrito en Hungaroring, y la suerte es de los audaces, vamos Carlos.
