La sucesivas olas de calor por las que está atravesando la Península Ibérica este verano y, en concreto, Castilla y León, han provocado que el envero en los viñedos de la Ribera del Duero se adelante casi una semana con respecto a su periodo de maduración habitual de años anteriores.
Así lo afirman desde los viñedos de la bodega Protos, en un comunicado remitido a Ical, en el que sitúan dicho proceso de la uva a partir del 8 de agosto y que también ofrece un "dato muy importante" por ser el momento que indica "con bastante precisión" las fechas de la vendimia de la actual campaña.
El envero, tal y como explican desde Protos, es el momento en el que las uvas pasan de su etapa de crecimiento a la de maduración. Su característica más llamativa es el cambio de color, ya que las uvas adoptan el que será su tono definitivo, rojo o azulado en el caso de las uvas tintas, y amarillo en el de las blancas.
Esta época es también la indicada para el aclareo, un trabajo que consiste en eliminar los racimos menos prometedores de las viñas para que los que se quedan en la cepa reciban más recursos de la misma hasta el momento de la vendimia. Este año de sequía este proceso cobrará especial relevancia para que los racimos que queden maduren mejor para elaborar vinos de máxima calidad. En resumen, un proceso que busca sacrificar cantidad a cambio de calidad, para lo cual necesita trabajadores expertos que conozcan bien la técnica y los viñedos, ya que se trata en todo caso de un trabajo manual.
Ambos procesos, envero y aclareo, son claves a la hora de determinar la calidad de los vinos del año que viene, y resultan muy atractivos. El envero, por el fenómeno visual que suponen los cambios de color, y el aclareo, porque ayuda a acercar al público aún más la cultura del vino, especialmente importante en nuestro país, así como el esfuerzo extra que supondrán estos trabajos con el coronavirus aún muy presente.