Normalmente en la rutina de un niño, los padres leen cuentos para fomentar la afición por la lectura. Sin embargo, María Acebes rompió los esquemas y era ella quien le contaba los cuentos a su madre, o incluso se los inventaba. Al mediodía escribía historias sobre los dibujos animados que veía, y las ilustraciones se las dejaba a una amiga. Cuando aprendió a leer entendió que ella también quería escribir cuentos "como los que leía".
Para María fue algo innato, a su alrededor había libros, sus padres leían, sus abuelos también y ella lo imitaba. Su madre trabajó en una editorial y entre los recuerdos de María está el de pasar tiempo en el almacén rodeada de cuentos. "A lo mejor no me sentaba a leer con ellos, pero ellos sí favorecían que yo leyera", cuenta.
Acebes es filóloga, correctora y escritora. "Quería estudiar Periodismo, pero por cosas de la vida no entré en la carrera", se lamenta. Comenzó el Grado en Español con la intención de hacer un curso puente e iniciar Periodismo, sin embargo, le gustó tanto la parte de literatura que decidió quedarse. "La carrera me ha servido para profundizar en mi amor a la literatura y la pasión por escribir y aprender", reconoce.
Tiene claro qué es lo que se llevaría a una isla desierta: libros. Y tampoco le cuesta decidir cuáles. Sus esenciales son 'El Hobbit' de Tolkien, que "es un cuentecito maravilloso, no es como 'El señor de los anillos' que es más denso"; 'El médico' de Noah Gordon la conquistó pese a no ser demasiado adepta de la novela histórica; 'Días de Reyes Magos' de Emilio Pascual que fue una lectura obligatoria del colegio que la "marcó muchísimo"; 'La canción secreta del mundo' de José Antonio Cotrina, un autor de fantasía "más oscura";y 'Sputnik, mi amor', de Murakami, ya que siempre ha disfrutado la literatura japonesa, "y no hay libro de él" que no la guste.
Además, se define a sí misma como una escritora un poco veleta. "Me siento a escribir y surge según sople el viento", expone. Por todo ello, no planea ni toma notas. "A lo mejor me pongo un post-it con algo que considero importante, lo pego en la pantalla del ordenador y dos días después ha desaparecido", confiesa entre risas.
Recuerda que fue desde que comenzó a tener acceso a Internet, a principios de los 2000, cuando empezó a compartir escritos y sus lecturas a través de foros y ese fue el origen para crear posteriormente su actual blog, Ink Ties (lazos de tinta), en el que comparte reseñas de lecturas, sobre todo "literatura independiente, menos conocida, mucho terror y fantasía". Comenzó como si se tratara de un proyecto de cuatro personas, "pero entre que al final la gente no tiene tiempo, unos quieren hacerlo de una forma, otros de otra", el blog se lo quedó María.
Se considera a sí misma más "una escritora de relatos que de novela", ya que la concentración y la motivación no juegan a su favor cuando tiene que estar un largo período de tiempo escribiendo. "Es verdad que los relatos muchas veces se me van de madre y acaban siendo novelas, novelettes o relatos largos", declara, porque para ella los relatos son "como la antesala de la novela".
Pese a que se mueve en el campo de la novela romántica y la fantasía, María confiesa que su sueño es ser autora de terror: "Es lo que más disfruto escribiendo". Pero también es realista, "en el mercado editorial español es lo más complicado si quieres vivir de la escritura". Normalmente las grandes editoriales centradas en el género de terror apuestan por autores ya conocidos con cierta trayectoria.
En 2019, se lanzó a la piscina y decidió publicar el relato 'Algo más grande que el Universo', incluido en la antología de relatos 'El hilo rojo'. Combinó el género romántico con un toque de fantasía y terror. Descubrió entonces que "me gustaba, no me costaba escribir la romántica facilona y sencilla sin drama, la romántica contemporánea de chico conoce a chica, se enamoran y todo es muy bonito". Desde entonces han sido varias sus publicaciones, hasta que en 2021 llegó el momento de dar a conocer una novela, 'Volver a empezar', y en 2022, 'La lluvia en tus besos'. 'Volver a empezar', de hecho, tiene su origen en un relato titulado 'Nuevos comienzos' que se publicó en la antología Galga Vida, cuyos beneficios se destinan a SOS Galgos. "Luego decidí darle un poco más de vida, cogí la idea y la desarrollé aunque de forma diferente", explica.
Este también ha sido el año en el que Escuadrón 42, grupo de escritores del que María forma parte, ha publicado 'Batalla por el Olimpo: El Torneo', un proyecto que ella define como la "novela estrella". El libro comenzó a forjarse hace más de diez años, en su época universitaria, como un experimento. "En la universidad unos juegan al mus y otros escribimos novelas", confiesa entre risas. Reconoce que ha sido duro escribir una novela entre cinco personas, "es más, ni siquiera pensábamos seguir siendo amigos después de esto". Cuenta que no han sido pocas las veces que han peleado y llorado o incluso han dejado el proyecto abandonado porque "no podíamos más".
Adrián Rodríguez también ha sido un amante de la lectura desde temprana edad. La escritura y lectura son dos grandes amigas que, en el caso de los escritores, van de la mano. "No hay escritor al que no le guste leer y no hay lector al que no le guste escribir", declara. Es periodista y cree que su pasión por escribir "va muy ligada al mundo del periodismo", aunque la forma de escribir noticias del día a día o reportajes sea diferente a la de crear un libro.
Su blog 'Los zapatos de Adrián' fue el germen de lo que llegaría unos años más tarde. En 2018 sus textos, "me gusta llamarlos así más que poemas", cobraron vida en su primera publicación, 'De amor nadie muere', libro que le ha hecho clasificarse como un escritor "muy sentimental". Reconoce que surgió en un contexto personal "bastante difícil". De hecho, la sinopsis presenta al libro como un "antibiótico, antiinflamatorio y analgésico".
De amor nadie muere fue la frase que le dedicó una gran amiga a Adrián "como arma arrojadiza y consejos de esos que se venden pero que no quieres para ti". Entonces él decidió aceptarla y dejó que le acompañara durante un tiempo, lo suficiente para darle nombre a su libro.
Durante el mencionado acto, Adrián contó cómo había sido para él un proceso que lo equiparó a tener un vaso lleno, es decir, el 'antes' de escribir el libro. Cuando acabó 'De amor nadie muere', se reservó ciertas gotitas del vaso "porque prefieres quedártelo para ti en lo personal", pero logró vaciar bastante ese vaso.
El blog 'Los zapatos de Adrián' ya había acogido algunos de sus escritos, pero la publicación de los textos en redes sociales fue crucial para que naciera el libro. "Me contactó una editorial porque les gustaba bastante lo que publicaba en redes, y me propusieron crear un libro". Explica que fue "complicado", ya que "no es lo mismo publicar textos sueltos que no tienen ningún tipo de conexión que crear un libro y que todo esté conectado de alguna manera, tenga un orden lógico de lectura... Todo está bastante medido al milímetro".
En estos momentos confiesa estar "un poco parado" en proyectos literarios, ya que se encuentra "en un momento muy diferente" del que estaba cuando escribió el libro. Asegura no saber escribir "sobre cosas bonitas". La inspiración nace cuando llegan momentos que duelen, injusticias, problema sociales, "cosas un tanto más oscuras, pero que dentro de esa oscuridad tienen algo de luz".
Su rutina de escritura parte de la propia inspiración, y la de Adrián parece despertar cuando él se va a la cama, algo que "me da mucha rabia". Normalmente apaga la luz, intenta dormir y es cuando "se me vienen las mejores ideas a la cabeza". No tardó en poner una solución, y desde hace tiempo tiene libreta y lápiz en la mesilla de noche. "No escribo obviamente todo el texto porque no es momento, pero sí un boceto para que no se me olvide y a la mañana siguiente cuando me levanto pueda desarrollarlo y trabajarlo", cuenta.
Adrián no se ha dejado engatusar por los eBooks como lector ni por las pantallas del ordenador como escritor. Tiene un eBook y no lo utiliza. "Fue el dinero más desperdiciado de la historia", dice. Le encanta el olor a libro, la textura del papel y sentir cuándo va a tener un libro. De igual modo disfruta más escribir en papel que teclear en el ordenador o en el móvil, "se aleja más del sentimiento que me da a mí escribir".
