El Consejo de Gobierno y el Claustro de la Universidad Isabel I reconocen la trayectoria profesional como magistrado de Javier Delgado Barrio. Su autoridad intelectual en las aportaciones doctrinales y jurisprudencias realizadas como especialista en la jurisdicción contencioso-administrativa y otros campos del Derecho público; así como sus aportaciones en la construcción del Estado de Derecho desde el ejemplo y el fomento de los valores de legalidad, diálogo y tolerancia y su vocación de servicio público en cuantos destinos y altas responsabilidades de Estado ha desempeñado.
Alberto Gómez Barahona, Rector de la Universidad Isabel I, ha destacado que "Javier Delgado Barrio es uno de los grandes juristas españoles de este último periodo de nuestra historia y la Universidad Isabel I, en atención a todos esos méritos, le ha investido como el Primer Doctor Honoris Causa de la Universidad".
Alberto Gómez Barahona, en su condición de Rector, ha sido el maestro de ceremonias del solemne acto académico, ensalzando la trayectoria profesional y de servicios al Estado de Javier Delgado Barrio que le han hecho merecedor del nombramiento. Tras la lectura de los acuerdos referentes a la concesión del Grado de Doctor Honoris Causa por parte de José Antonio Gaite Pindado, Secretario General de la Universidad, ha tomado la palabra el padrino, Enrique Arnaldo Alcubilla, Magistrado del Tribunal Constitucional, Letrado de las Cortes Generales y Catedrático de Derecho Constitucional, quien ha pronunciado la laudatio de investidura.
Laudatio de Investidura
En la laudatio de Investidura Enrique Arnaldo Alcubilla ha calificado a Javier Delgado Barrio como "uno de los más egregios juristas españoles de la España Contemporánea de los últimos cincuenta años, que, además, fue mi maestro?. El padrino de la Investidura definió al Doctor Delgado Barrio como un buen juez, por su "cualidad de excepcional jurista" como "juez bueno" por su condición humana. Elogió entre sus virtudes como magistrado sus "principios de independencia e imparcialidad, equilibrio y mesura, compromiso obediente con la ley y con su conciencia, honradez, ausencia de todo deseo de protagonismo, activismo y estrellato, una buena formación técnica y, por supuesto, la idea vehemente de la justicia".
El magistrado Arnaldo Alcubilla, que coincidió con Javier Delgado Barrio en la Junta Electoral Central (1993) y posteriormente en el Consejo General del Poder Judicial (1996), ensalzó la trayectoria profesional intachable del Doctor Honoris Causa. En su parlamento, Arnaldo Alcubilla subrayó que Javier Delgado Barrio "es sobradamente merecedor de este reconocimiento en la tierra burgalesa que le vio crecer como magistrado y como profesor". Reseñó igualmente en su discurso a otro ilustrísimo burgalés, Tomás Ramón Fernández, quien escribió sobre el homenajeado que "el Derecho Administrativo español está en deuda con Javier Delgado porque en silencio y sin alardes ha abierto caminos por los que hoy transitamos con toda comodidad".
Enrique Arnaldo indicó también los 12 años que Javier Delgado fue presidente de la Audiencia Territorial de Burgos, hoy Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, compaginó su jurisdicción con la docencia "dando clase de Derecho Administrativo en las aulas, de la que por entonces, era una sección de la Universidad de Valladolid, y entre cuyos alumnos se encontraba el hoy Rector de la Universidad Isabel I, quien además es un reconocido administrativista", apuntó.
Investidura
Una vez concluida la laudatio, Alberto Gómez Barahona ha procedido a investir con el Grado en Doctor Honoris Causa al homenajeado, haciéndole entrega del título de doctor, el birrete laureado, símbolo del alto magisterio español y el anillo de la Universidad. Por su parte, José Manuel Jiménez, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas, le ha entregado el libro de la Ciencia y los guantes blancos, símbolo de prudencia, honra y fuerza que siempre deben conservar sus manos.
Lección Magistral
En su discurso de aceptación, Javier Delgado Barrio agradeció encarecidamente el nombramiento. En su lección magistral aludió a la doctrina de los Principios Generales del Derecho, fuente de inspiración en su trayectoria profesional. El Doctor Honoris Causa desarrolló su disertación haciendo una reflexión sobre lo que aprendió en la universidad sobre ellos, cómo esta normativa sentó precedentes en leyes posteriores, incluso en la Constitución Española, y cómo se han aplicado la doctrina de los Principios Generales del Derecho en la práctica jurisdiccional. Delgado Barrio se refirió especialmente a los principios relativos a la dignidad de la persona y la arbitrariedad de los poderes públicos.
"Como en un concierto, en el ordenamiento jurídico concurren multitud de normas, que a veces son oscuras y contradictorias. El juez, con la doctrina en la mano y su saber inexcusable, debe resolver cada caso y, como sujeto pensante, debe ofrecer una solución y trazar un modelo de convivencia que sea la unidad armónica de la coherencia y la rectitud. Los principios son el instrumento principal para lograrlo. El juez debe actuar con el complemento de la expresión para interpretar esa legislación y aquí aparece la jurisprudencia", expuso Delgado Barrio.
En su alocución, Javier Delgado Barrio recordó cómo la publicación de la Constitución trajo la democracia a la vida española, "que condensa en sus páginas el reconocimiento de la dignidad de la persona". Dimanados de la Constitución, el Doctor Honoris Causa eligió dos principios que son fundamentales en el derecho administrativo: el principio de legalidad y el principio de interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. "La doctrina de los Principios Generales del Derecho que se enseñaba en la Universidad hace 70 años generó reformas que le dieron expresión legal y, en último término, desembocó en una extensa recepción constitucional de principios, lo que ha potenciado su relevancia en la práctica jurisdiccional, especialmente en la contencioso-administrativa", destacó en la conclusión de su lección magistral.