El Real Valladolid se fue de vacío de Montilivi. Tras ganar al Almería, el equipo de Pacheta volvía a enfrentarse contra todo un rival directo por la permanencia, aunque, en esta ocasión, y a pesar de que no mereció perder, los pucelanos no sumaron puntos en su casillero. Por lo que, se mantiene con cuatro en la clasificación y con un balance de una victoria, un empate y tres derrotas después de disputar las primeras cinco jornadas.
Primera parte, con alternativas
El Pucela entraba al partido con la ambición de repetir el resultado del pasado lunes. Es decir, una nueva victoria. Se notaba las ganas de los blanquivioleta de romper la mala racha que llevaba consigo Montilivi. Por todo ello, los primeros minutos fueron de los de Pacheta que se vieron sorprendidos con el gol de Reinier (1-0) a las primeras de cambio, ya que los de Míchel no habían generado muchas ocasiones de peligro en el tramo inicial.
Este hecho hizo a los locales crecer, pero dejaron que su rival reaccionara. El Real Valladolid lo aprovechó y de qué manera. Monchu marcó el empate (1-1) tras un latigazo 'marca de la casa' desde lejos que provocó que los suyos espabilaran, dado que los últimos minutos del primer acto fueron de los visitantes con varias intentonas que no encontraron ese premio merecido.
Guion idéntico en el segundo acto
Tras la reanudación, los de Pacheta lo siguieron intentando, pero no había fortuna de cara a puerta. Era el dueño del balón, de las ocasiones, del ritmo de partido, pero no llegaba ese tanto de la remontada. Sin embargo, el posible penalti no pitado a favor de los pucelanos podría haber cambiado la historia como los sendos disparos de Monchu. Sin embargo, el gran trabajo en el aspecto ofensivo, lo desperdiciaba el Pucela cada vez que llegaba su rival al área, ya que si no es por Sergio Asenjo, los de Míchel se habían adelantado antes de que llegara el segundo.
El Pucela sufría las acciones a balón parado del Girona por continuos errores defensivos que, finalmente, le iban a condenar. Una falta, en el minuto 88, botada por el conjunto catalán iba a protagonizar una nueva derrota blanquivioleta. Después de una prolongación de un Santi Bueno, que ya había tenido en sus botas el segundo gol, el balón caía en área pequeña a Oriol Romeu que solo tenía que meter la cabeza para marcar el segundo (2-1). Los de Pacheta veían que se escapaba un punto que tenía en sus manos después de cuajar una buena actuación e incluso siendo el que llevaba la iniciativa en la mayoría de los minutos.
Con todo y con ello, y con un desenlace más ácido que dulce (no como en la anterior jornada), los pucelanos se marcharon de Montilivi con la mente puesta en el partido contra el Cádiz del próximo viernes 16 de septiembre y sabiendo que jugando así, muy pocos partidos se le escaparán, a pesar de tener como asignatura pendiente la gestión en defensa del balón parado.