Como bien saben los vallisoletanos, hay políticos que piensan que les pagamos para escribir tuits. Creen que tienen bula para pasarse el día diciendo tonterías en las redes a costa de los contribuyentes. Uno de los que más brillan en este menester es el prescindible Gabriel Rufián. Tan prescindible, que hasta Junqueras quiere mandarle a Santa Coloma a competir por la alcaldía, aunque él está empeñado en aferrarse al sueldo que le pagan los españoles y a ese escaño en el que aseguró que solo se sentaría 18 meses. El otro día, durante la manifestación en Barcelona para pedir a la Generalitat y al Gobierno que se cumpla la sentencia que obliga a impartir un 25% de las clases en español, decía lo siguiente en Twitter:
"ÚLTIMA HORA. 3 partidos que juntan 1 sola alcaldía en toda Cataluña han traído a cientos de monolingües españoles de fuera de Cataluña para decirle a millones de bilingües catalanes que viven en Cataluña que dejen de serlo. Quien no te lo cuente así te está engañando".
Además de una gilipollez marca de la casa, esta frase define perfectamente cómo son y cómo piensan estos independentistas aliados de Sánchez. No sólo miente, rezuma racismo y totalitarismo nacionalista. El primer argumento, que tan natural le sale a Rufián, es el mismo que se ha utilizado tantas veces en la Historia y en tantos lugares, para pisotear los derechos fundamentales de las personas.
Lo que Rufián viene a decir es que como sois minoría, a joderse que no tenéis derecho a nada. Vamos a ignoraros, que para eso somos más y tenemos el poder. Así que el derecho a hablar, a rotular, a estudiar, a opositar o a trabajar en español en una región de España, nos lo pasamos nosotros por el forro. Ni siquiera un 25% de lo que se enseñe en los colegios puede ser en español. ¡Inmersión! También es mentira que quienes se manifestaron quieren que los bilingües dejen de serlo. Precisamente a lo que aspiran es a poder ser bilingües y no solo catalanoparlantes. Y poco importa si los que se manifestaron residen en Cataluña o en otras autonomías. Todos tienen derecho a reclamar que se cumpla la ley en España.
Mire señor diputado del Reino de España, a la manifestación acudieron varios miles. Pero, aunque sólo hubiese ido uno, o ninguno, los catalanes seguirían teniendo derecho a ese 25% para sus hijos, hijas e hijes. El argumento de Rufián es sospechosamente parecido a los que empleaban en el País Vasco los camaradas de Otegui, el otro aliado preferente de Sánchez. Allí, cuando en los años de plomo unos cuantos valientes se manifestaban contra los asesinatos de ETA, los Txerokis y los Txapotes comentaban eso de "ni caso, son cuatro gatos", como si el derecho a la vida dependiese del número de quienes lo exigen. ¡Jo Ta Ke!
