Yo maté al Grinch
Un dulce no le amarga a nadie y un buen libro tampoco debería. Y recalco lo de bueno, ya que eso marca la diferencia.
Iniciar a los más pequeños en la lectura es, en mi modesta opinión, de lo mejor que podemos hacer por ellos. Como padres, queremos que sean buenas personas y que sean felices, pero para que ambas premisas se puedan cumplir, deben valerse por sí mismos. E aquí donde la cultura a la que acceden con los libros les facilita nuevos horizontes.
Recurro a la manida frase de "para gustos, colores". Y, en términos de libros, bien que aplica. Algún que otro amigo he encontrado que critica mis gustos literarios, ¿acaso vas a leer por mí?, pues deja que sea yo quién elija mi próxima aventura.
¿Sabías que el ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha se compone de 381.104 palabras, de las cuales 22.939 son distintas entre sí? Algo extremadamente complicado -por no decir imposible- de ver hoy en día.
No se trata de volverse petulante por leer y saber repetir (que no necesariamente entender) términos como coadyuvar, devaneo o estulticia. Se trata de abrir la imaginación, de bucear en cientos de aventuras, y de adquirir conocimientos e ideas que ayuden a mejorar la vida.
Y sin miedo a dejar libros a medias. De los Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, aquí un servidor sólo pudo llegar a los 50 primeros. Sin pósits y un tablón donde colgarlos unidos con cuerdas, era imposible seguir avanzando. Como ya hemos dicho, gustos colores.
Si no tienes muy claro qué autor o libro podrías leer, te recomiendo el Efecto Lindy. Esta premisa sugiere que cuanto más viejo es un libro, más probabilidades hay de que dure más tiempo (y por ende, que sea bueno). Si nos basamos en ello, podríamos irnos a autores clásicos como Dostoyevski, Turguénev, Chéjov, Stendhal, Dante, Proust, Borges, Cervantes, Calvino, Céline, Schultz, Henry Miller, Max Brod o Herman Melville, entre otros muchos. También están, sólo para los más osados, Hegel, Schopenhauer, Nietzsche, Kafka, Marx o Jaspers.
Si buscáis algo más contemporáneo, siempre se puede indagar en los ganadores de premios literarios y listas de los más vendidos. Ojo con esto último, que muchas veces lo más vendido no es lo mejor, todo depende del nivel cultural de la sociedad.