Valladolid ha sido siempre una de las capitales del cine más importante de toda la historia, no solo por la Seminci, sino por el innumerable número de salas que ha contado en las calles de la ciudad desde que se creó este séptimo arte. La década de 1970 se puede considerar, por así decirlo, como la época de oro del cine vallisoletano. Miles de familias acudían, a su cine situado en su barrio, para visualizar las proyecciones que en aquel año se daban en aquellas salas cinematográficas.
Es por eso que en Tribuna Valladolid haremos un repaso de las principales salas de cine que han sido referencia en la ciudad, y lo siguen siendo a día de hoy, así como los nuevos cines que se han instalado en la ciudad a golpe de talonario.
En la época en la que no existían ni los móviles, ni la radio, ni la televisión, entre los años 30 y 60, los vallisoletanos disfrutaban yendo a ver algo pionero en su tiempo: el cine. Fue un hecho que revolucionó las costumbres de la gente de toda la ciudad y de toda España, y es por eso que comenzaron a colocarse por todo el país. Hoy en día ya no quedan muchos pero hubo una época en la que existía casi uno por barrio.
En aquellos años había dos tipos de cine, el de reestreno y el de estreno. Hacia la época de 1960 había más de una veintena de salas de cine que ponían tanto la sesión de estreno, como la de reestreno. La primera consistía en filmes inéditos en las que había programación doble o sesión contínua. Los de reestreno eran más baratos que los normales. En Valladolid en aquellos años estaban: Hispania, en la calle Muro; Pradera en la plaza Zorrilla; Avenida, en el Pasero Zorrilla, 56; Coca; Roxy; Carrión; Calderón; Lope de Vega, Zorrilla; Cervantes; LaFuente, que posteriomente se convertiría en Mantería-Renoir; Capitol; Alameda; Goya; Delicias; La Rubia; Rex; Embajadores; Matallana; Babón y Castilla.
Los de estreno solían ser más caros que los de reestreeno. Estos últimos lo solían utilizar las familias más trabajadoras. Aunque a los de estreno solía ir gente adinerada, la gente menos pudiente también solía acudir al gallinero del Calderón o Lope de Vega, que permitían ver largometrajes de estreno a buen precio.
Años más tardem, hacia el año 1973, nació el cine Vistarama, en la calle Portillo de Balboa. Posteriomente necerían los actuales cines Casablanca o Broadway y Manhattan. También, años más tarde nacieron los cines Ábaco y Parquesol Plaza, hoy extintos. Fueron pasando los años y las pocas inversiones que se realizaban hicieron que los cines se fueran cerrando, hasta tener, actualmente en activo, solamente cinco espacios cinematográficos, sin contar los teatros. A estos últimos hay que contar los cines Yelmo Premium de Vallsur y Ocine, en Rio Shopping.