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La forma más inmediata de lograr la belleza es la simetría. Se diría que las fotografías que Gabriel Gallegos Alonso expone en el Museo de la Universidad de Valladolid (MUVA) con el título?Del tiempo y de la destrucción? tienen esa belleza que es una especie de no cambio dentro del cambio.
En el mundo como obra de arte, del premio Nobel de Física Frank Wilczek se pregunta ¿Qué es la belleza? ¿Qué es la belleza natural de los objetos que vemos y que es la belleza cultural del conocimiento humano? ¿En qué punto coinciden las dos bellezas? Viendo las fotografías de GGA se deduce que la belleza es un razonamiento puramente mental. En sus fotografías se impone en la mirada del que visita la exposición una armonía y un equilibrio que resulta misterioso.
Las fotografías presentadas en esta exposición en el MUVA por GGA subrayan claramente el estatus o ruina que ha adquirido el hormigón. El hormigón como emblema de lo feo en contraposición por ejemplo con el Palacio Santa Cruz que está enfrente de este museo. El hormigón ha proliferado por el mundo como las Fake news. El hormigón convertido en "becerro de oro" y que todos los regímenes políticos desde las democracias más antiguas hasta las dictaduras más modernas le han convertido en signo de modernidad. Ha llegado a sitios insospechados como se pueden ver en las fotografías esplendidas de GGA.
Paseando esta exposición el visitante tiene una mezcla de melancolía y esperpento. Fábricas, fábricas sobre todo, y cines, cuarteles, azucareras, viviendas, naves abandonadas donde los grafiteros aficionados y con mal gusto han hecho "su agosto" pasan por la mirada de GGA que nos da su visión particular y se interroga con buen criterio cómo es posible este desaguisado.
La belleza de los planos del arquitecto se contrapone con el resultado al cabo del tiempo. Anselm Jappe en su imprescindible libro Hormigón (Pepitas de calabaza) ya nos dice que el hormigón también es caduco (a la vista está). Por supuesto que surge la pregunta ¿qué responsabilidad tienen los arquitectos en esta escabechina?
Volvamos a la belleza intrínseca de las fotografías de GGA. Su belleza predispone al visitante a entender, como toda belleza. Hay que reconocer, quién lo duda, que la belleza no es una garantía de verdad. Sin embargo esta exposición está realizada por un fotógrafo apasionado que sabe buscar la belleza y cautivarnos con ella.