La Cámara de Valladolid reconoce a tres míticos de la ciudad por formar parte del comercio histórico

El presidente de la entidad cameral vallisoletana pone en valor la "persistencia, tradición familiar e innovación" de los establecimientos premiados

Miguel Ángel Fernández
Jueves, 15, Diciembre, 2022
ActualidadDestacado

La Cámara de Comercio de Valladolid hizo entrega este jueves de sus menciones especiales al comercio histórico de la provincia a Justo Muñoz de la capital vallisoletana, a la pastelería Cipriano Martín de Medina del Campo y a la floristería Supertienda Lucy de Peñafiel. Estos galardones, elegidos por el pleno de la corporación cameral, tienen por objetivo reconocer la trayectoria de comercios emblemáticos por haber contribuido al crecimiento económico y social de la provincia.

Durante la ceremonia, celebrada tras la última sesión plenaria del año, el presidente de la Cámara de Valladolid, Víctor Caramanzana, puso en valor "la trayectoria de estos tres establecimientos por su persistencia, su tradición familiar e innovación enfocada al cliente y ser ejemplos vivos de los valores que reúne el comercio local y de proximidad".

En esta edición, se ha reconocido la trayectoria de Justo Muñoz, que comenzó su andadura en 1912 como un bazar de la época en el que se vendían productos de hogar. La tienda inicialmente se llamó Sucesor de Hijos de Carnicer, hasta que definitivamente optó por el nombre de su dueño, Justo Muñoz. Tras la jubilación de este, dos de sus hijos se hicieron cargo del negocio, que posteriormente ha pasado a manos de sus nietos. En la actualidad, Justo Muñoz cuenta con 11 establecimientos repartidos entre Valladolid y Aranda de Duero.

Durante la jornada, también se hizo entrega del reconocimiento a la pastelería Cipriano Martín, que abrió las puertas de la panadería en Valladolid en el año 1955. Posteriormente, los propietarios trasladaron la sede a Medina del Campo. Años después, comenzó a trabajar la pastelería convirtiéndose en un reclamo no solo para la población local y de la comarca sino también para turistas y visitantes. Desde su apertura, tres generaciones han ido haciéndose cargo del negocio, el cual, sin perder su esencia, ha ido incorporando innovación y nuevos productos y ampliando los canales de comercialización.

Por último, se ha reconocido la trayectoria de la floristería Supertienda Lucy, que abrió sus puertas en 1965 como un establecimiento dedicado a la venta de droguería, juguetes, mercería y confección, donde actualmente sus hijos siguen con la tradición familiar. En 1971, incorporaron el área de floristería, que se une a las líneas de negocio con las que ya se contaba. Más recientemente, junto a la venta de flores, ropa, juguetes y diferentes productos para el hogar, también se ha convertido en una librería y en un punto en el que, además de vender libros, importantes autores presentan sus obras y debaten sobre literatura, como es el caso de Rose B. Loren, Carlota Suárez García o Fran Pahíno, entre otros.

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