El miedo como fenómeno para ahuyentar curiosos
La tarántula vagó por calles de Tordesillas
Los Reyes Magos de Oriente volvieron fieles a su cita con Medina de Rioseco. Y lo hicieron, como siempre, llegando a la Ciudad Europea de la Navidad en el barco Antonio de Ulloa surcando las gélidas aguas del Canal de Castilla.
Antes de que sus Majestades salieran a saludar a los niños en la proa de la embarcación eléctrica, las cientos de de personas congregadas en la dársena del Canal había disfrutado de un videomapping en la recién restaurada fachada de la fábrica de Harinas y de una colección de fuegos artificiales, deslucida por la intensa niebla existente a estas horas.
Melchor, Gaspar y Baltasar arribaban al puerto riosecano en medio de la ilusión de los niños que aplaudían su llegada.
Las obras en la Plaza Mayor de Medina de Rioseco imposibilitaron el recorrido habitual de la Cabalgata que parte desde la propia dársena del Canal y llega hasta el Ayuntamiento en grandes carrozas.
Por este motivo, la organización decidió cambiar el recorrido y sustituyó las carrozas habituales por automóviles clásicos descapotables. Asimismo, colaboraron en el desfile los grupos de Teatro, Gimnasia Rítmica, Escuela de Danzas, Banda Municipal y la cofradía del Ecce Homo, además de decenas de colaboradores.
No faltaron criaturas misteriosas, espectáculo de fuego y un sinfín de sorpresas que hicieron la delicia de los niños. Al final, los pequeños pudieron saludar a sus majestades en el polideportivo municipal, que se había convertido en un auténtico cuento de hadas.