Con la ilusión y con todas las ganas del mundo de que el derbi se quedara en casa. Así afrontaba el UEMC Real Valladolid Baloncesto el partido de la jornada. Ese fue el guion que siguieron los de Paco García para batir al líder (76-70) y, además, para prolongar la imbatibilidad en Pisuerga, cancha que se convirtió en el jugador número 6 porque el cartel de 'no hay billetes' se hizo notar desde el principio.
DOMINIO VISITANTE
El Palencia dejó su seña de identidad en los tres primeros cuartos. Es decir, defender duro, encontrar la buena versión de sus jugadores en ataque y desquiciar a su rival. El Pucela Basket entró en su juego, con decisiones arbitrales incluidas que tampoco dejaban a los blanquivioleta dar la vuelta al encuentro. De hecho, los últimos minutos del segundo cuarto estaban empezando a decantar la balanza a favor del líder.
Sin embargo, este último dejó vivo a los locales y eso en Pisuerga se paga porque está prohibido. Aun así, el tercer cuarto fue protagonizado por la superioridad de Palencia, a pesar de que Mike Torres, Greg Gantt y Allen estaban haciendo todo lo posible para que el derbi no se fuera de Valladolid.
ÚLTIMO TRAMO MÁGICO
Ya en el cuarto período y con un marcador teñido de morado (46-54), apareció el 'efecto Pisuerga', ese que hace magia cada vez que toca su varita. Y ya no es solo eso sino que Pantzar comenzó a despertar, ya que el plan de Pedro Rivero no lo estaba permitiendo porque este funcionaba a las mil maravillas (62-68, a falta de dos minutos para el final). El sueco reaccionó, se echó el equipo a sus espaldas y puso de pie a su público, al que tiene enamorado. Kovacevic se sumó a la fiesta y los pucelanos, con un parcial de 8-0, se pusieron por delante (70-68). Desde este momento y hasta el final, los de Paco García gestionaron la ventaja y ni Schmidt (26 puntos) logró parar a un equipo que sueña con lo más alto, al que este sábado le ha dado un toque de atención.