Morente asusta a un Real Valladolid que fue de más a menos

El Real Valladolid cede un empate ante el Elche en un partido eterno que se encarriló al inicio y se claudicó en un accidentado tiempo extra disfrazado de prórroga

L.S.J
Sábado, 11, Marzo, 2023
ActualidadDeportes

El Real Valladolid suma un punto que sabe a poco no tanto por lo visto sobre el terreno de juego sino por la sensación de lo que pudo haber sido y no fue después de adelantarse en el minuto 4. Tras una segunda parte en la que tocó defender constantemente llegó, ya en un tiempo de descuento que se alargó hasta los 13 minutos, repleto de visicitudes adversas al Pucela, el tanto del empate.

El duelo empezó idílicamente. Tras una primera acción donde los castellanos elaboraron con calma, y otra en la que a la contra Larin amenazó con un mal disparo desde lejos, se logró el 0-1. Nació en un saque de banda por el flanco izquierdo, Olaza metió un centro bajo y el delantero canadiense, de primeras, impactó con la pelota, que tocó en un defendor y besó la red. Era el cuarto minuto de juego y el equipo blanquivioleta, intenso en la presión, dominante con la posesión, se adelantaba más pronto que nunca esta temporada.

Pero, paradójicamente, el gol sentó mal. El Elche comenzó a generar peligro de manera inmediata, en una de Lucas Boyé que disparó en el área con la diestra y se topó con un Asenjo que brilló a gran nivel. Los locales ganaban metros y el Pucela aparecía a destellos, augurando lo que se viviría en la segunda mitad. De nuevo Boyé la tuvo, pero esta vez con la zurda la mandó alta desde la frontal, y la pelota pasó a ser ilicitana. Tan solo al filo del descanso los de Pacheta pudieron marcar, en una clara, un pase de calidad de Plata al corazón del área que Larin no acertó a controlar. 

Segunda parte de trinchera

La segunda mitad fue un ejercicio continuo de labores defensivas. Monopolizó el juego el Elche, al que los nervios y los fallos mermaron notablemente, y todo el caudal ofensivo venía de los de la franja verde. Salvo la primera, una contra que tuvo Plata pero que no pudo concretar, en el minuto 48, todo lo demás corrió a cargo de los locales.

No obstante, el Pucela demostró ser un equipo fiable atrás. Como un rompeolas, aguantó los embates. Contra el dique de contención se estrellaban los atacantes rivales, a los que les faltó precisión en las pocas claras que tuvieron, como la de Boyé de cabeza. Lejos de desarmarse, los valencianos demostraron más fútbol del que marca la clasificación mientras que los vallisoletanos, cansados, se deshilachaban con el paso de los minutos. Pero el compromiso del equipo, de los once jugadores que por ese entonces aún permanecían sobre el terreno de juego, valía para mantener la renta.

Las desdichas comenzaron a llegar pasado el minuto 70. Primero, con el cambio obligado de Olaza que condicionó los planes de Pacheta. Pero aún así se seguía sin recibir un daño evidente en torno al área. Hasta un tiempo extra para el olvido.

Los nueve minutos añadidos por el colegiado no pudieron empezar peor. Un pase de Roque Mesa dejó solo a Machís, que en su carrera hacia portería cayó al suelo con un dolor muscular cuando encaraba a Badía. Sin cambios, al Real Valladolid le tocaba jugar las últimas manos con diez. Para más inri, en una jugada embarullada, llegó el empate en un disparo de Morente, tras varios balones colgados al área, que tocó en la bota de un defensor y se desvió a gol.

En la reserva, quiso reaccionar el Pucela. Se formó un correcalles durante unos minutos de tensión extrema. Y desembocó en la segunda amarilla que vio Roque Mesa, tras lo que se formó una turba de protestas que acabó con Hongla también expulsado por doble cartulina. A mayores, más minutos de juego.

Con ocho futbolistas acabó el partido el Real Valladolid, que luchó metro a metro por, al menos, mantener las tablas. Guti estuvo a punto de marcar, ya en el minuto 103, pero Asenjo atrapó y esta locura de encuentro de la jornada 25 llegó a su fin.

Con 28 puntos en el casillero el cuadro castellano sigue en esa lucha por evitar el descenso en la que están implicados, como mínimo, ocho equipos. No hay tiempo para lamentar esta semana porque el viernes 17 de marzo, a las 21.00 horas, el Estadio José Zorrilla tiene que volver a ser fortaleza para sumar de tres en la visita del Athletic Club.

 

 

 

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