Comer bien y ahorrar dinero en muchas ocasiones es una tarea difícil. Es por eso que, para todos aquellos que quieran cultivar sus propios productos, una de las mejores opciones es adquirir un huerto urbano, alquilarlo por el usufructo. Tomates, patatas, calabacines, pimientos, etc. Se puede cultivar de todo, pero para ello hay que saber mínimamente. Hay que informarse de en qué época del año es mejor cultivar una cosa u otra, de regadío, etc.
En las ciudades cada vez se ven más este tipo de espacios. Emplean elementos públicos para establecer allí sus huertos y lo cierto es que tienen, cada vez más acogida. En Valladolid, sin ir más lejos hay 10 espacios dedicados a la horticultura. Son zonas que se explotan para huertos familiares mediante un alquiler. Cada persona paga una cuota mensual por mantener ocupado ese espacio y los castellanos y leoneses lo emplean para plantar todo tipo de frutas, verduras y hortalizas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estos huertos urbanos pueden convertirse en recursos mucho más ecológicos y eficientes que los que son tradicionales, llegando a un montante de 20 kilogramos anuales de alimento por metro cuadrado. Y es que bien es cierto que este tipo de cultivos están cambiando el paisaje de muchas ciudades en las que se pueden instalar pequeñas instalaciones agropecuarias que se pueden utilizar para el autoconsumo, que crecen a ras de suelo o, en muchos casos, en las terrazas y azoteas de los edificios.
Según la FAO, estos huertos urbanos son espacios que se pueden instalar al aire libre o en el interior cuya finalidad es el cultivo de verduras, plantas, legumbres u otro tipo de agricultura, pero a escala doméstica. Muchos de estos pequeños espacios se dan en el centro de las ciudades o en la periferia, al igual que la práctica de la ganadería en los pueblos o la silvicultura (ciencia destinada a la formación y cultivo de bosques).
Como parte histórica, los primeros huertos urbanos de los que se tiene referencia surgieron en la Revolución Industrial y se popularizaron varias décadas después, en el transcurso de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. En esta época, los cultivos, denominados Jardines de la Victoria, llegaron a formar alrededor del 40 por ciento del consumo de verduras en Estados Unidos.
Huertos urbanos en casa
Realizar este tipo de agricultura a pequeña escala en casa puede parecer difícil, pero no lo es tanto como parece. Una vez tienes claro qué es lo que necesitas, hay que seguir una serie de pasos que facilitarán tu trabajo a la hora de montarlo y de trabajar en ello. Uno de los beneficios de crear un huerto urbano en casa es que te ayudará a comer de una forma más saludable y ecológica.
Para comenzar a tener un huerto urbano en tu balcón, terraza o jardín, tienes que tener 8 cosas fundamentales, pero fáciles de conseguir. Lo primero es tener un espacio al que llegue la luz del sol. Lo segundo es tener recipientes donde plantar tus semillas, al igual que sustrato para que crezcan sanas y fuertes. También son fundamentales las herramientas para poder trabajar la tierra y abono. Por último, y no por eso menos importante, es fundamental el uso de agua para poder regar las plantas que tengas en tu casa.
Es fundamental que orientes tus macetas hacia el sol. No es de vital importancia, pero si nos hacemos con una mesa de cultivo, mejor, para tener organizadas todas nuestras plantas. Aparte de poder tener un huerto urbano, es interesante, si puedes, tener un jardín vertical, ya que te ahorrará una buena cantidad de espacio en tu terraza o jardín.
La gente que decida hacerlo tiene que tener claro que hay que tener especial cuidado con este tipo de plantaciones y que requiere de una gran atención para que estas plantas crezcan fuertes y sanas, ya que su producto será ecológico y sano.