Gala de danza en el CCMD

Una nueva edición de 'Palabras contra el olvido', la serie ce crónicas culturales de Luis Miguel Ágreda en Tribuna

Ágreda L.M.
Lunes, 08, Mayo, 2023
CulturaMúsica

La vida es cambio, transformación, eso es indudable. La danza también. Esta noche la coreografía de Sara Calero, Fernando Hernando  Magadán, Ángel Rojas y Víctor Jiménez y el alumnado de los Talleres Coreográficos del Centro de Danza y Danza Española de la Fundación y Enseñanzas Superiores de Castilla y León lo están demostrando en la Sala Sinfónica del CCMD. 

La obra Estación de la coreógrafa Sara Caso interpretada por las alumnas de 5º y 6 de enseñanzas profesionales de Danza Española EPDCYL-Valladolid hace que el CCMD vibre y se sienta vivo y alegre. La reacción que provoca en el público es de entusiasmo. Una caricia ya es danza dijo la precursora de la danza-teatro, la alemana Pina Bausch y con esta frase tan corta resume la velada de esta noche y el trabajo de Sara Calero.

Seis Voces del coreógrafo Fernando Hernando Magadán con música de Luis Hernáiz y J.S. Bach resultó por decirlo rápido fascinante y misterioso. Las alumnas de Danza Clásica aportaron su impronta, su saber hacer, sus enseñanzas sin miedo y vencieron al desafío que les propuso Hernando Magadán de una manera brillantísima. Mismos pasos, mismo ritmo, misma escena, misma teatralización.

Los estremecimientos y las angustias son personales e intransferibles. Cada bailarina tiene que ser capaz de impregnar una carga telúrica descomunal para que aquello llegue al público, para que aquello arda, para que aquello en definitiva le aleje del miedo al fracaso y suponga un desafío que hay que vencer.

... A la sombra del coreógrafo Ángel Rojas puso en juego todo lo que tiene que tener una bailarina en escena: disponibilidad, apertura, persistencia, solidaridad, modestia... El trabajo realizado durante meses salta a la vista que ha sido bien hecho, con compromiso por parte de todos.  Ángel Rojas ha apostado por una danza humana alejada de todo convencionalismo.

Pissé del coreógrafo Víctor Jiménez resultó trepidante. A este coreógrafo no le interesa ni la perfección ni la técnica. Le interesa indagar en un cuerpo cargado de expresión, alejado de esos cuerpos que hacen proezas gimnasticas pero que no dicen nada.

Los cuatro trabajos resultaron muy estimulantes. Con un público que abarrotó la sala sinfónica de buenas vibraciones. Fueron capaces coreógrafos y bailarinas de provocar inquietudes nuevas en la cabeza del respetable y obligarle de una manera sutil para que participara activamente en el espectáculo y por eso esta noche se acabó convirtiendo en una aventura alucinante. Es la gran ventaja de hacer que la danza sea "incursiva" y cada propuesta sea diferente. Felicitar por supuesto a Clara Blanco, directora de la EPDCYL ? Valladolid por su gran trabajo, esta noche lo podemos corroborar.

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