La resaca electoral se ha visto sacudida por el bombazo del adelanto electoral. La debacle socialista ha provocado que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario nacional del PSOE, ha convocado elecciones con la intención de frenar la sangría de votos que ha sufrido en estos comicios y que ha dejado sorpresas como la pérdida de la Alcaldía de Valladolid.
Óscar Puente fue claro en su comparecencia: "La dinámica nacional ha arrollado a gobiernos como el nuestro". La sede del PSOE era un auténtico funeral, con un mazazo que, a priori, no esperaban. Noche de emociones encontradas y de una victoria, por la mínima, muy dolorosa. Todos confiaban en obtener un suelo de doce concejales o, al menos, que Valladolid Toma la Palabra resistiese para reeditar el Gobierno de coalición de las últimas legislaturas. Pero ni una cosa ni la otra.
Desde el inicio, la noche no pintó bien para los socialistas vallisoletanos. Óscar Puente veía como sus peores presagios comenzaban a tornarse en realidad cuando el PP le arrebató un edil y empataron a once concejales. El vuelco electoral estaba servido y los resultados ya poco variaron durante todo el reencuentro. Puente venció en votos, pero nunca una victoria fue tan dura. Y el PP de Carnero, que parecía llegar de rebote, se quedó a escasos 750 votos del sorpaso al PSOE.
El análisis es complejo. Se juntan varios factores que han permitido el cambio de Gobierno tras ocho años de Alcaldía de Puente. El PSOE se ha dejado 1.200 votos, los populares recuperan más de 8.000; Toma La Palabra sigue cayendo, lo que unido a la desaparición de Ciudadanos que pierde 18.000 votos y al crecimiento de Vox ha sido la tormenta perfecta para que Carnero, con permiso de Irene Carvajal, se convierta en el próximo alcalde de Valladolid.
Aunque el hasta ahora alcalde no ha dado mucha importancia a los casi 2.800 votos logrados por Contigo Valladolid, la formación montada por Cecilio Vadillo y otros históricos del PSOE, lo cierto es que sin llegar a lograr un concejal ha podido influir, y mucho, en el resultado, si presuponemos que la mayor parte de esos votos hubieran ido a parar al PSOE, cosa que el propio Puente no da por seguro.
EL BLOQUE DE LA DERECHA CRECE
Hace unos días, desde el PP se fiaba el cambio electoral en dos premisas: que Vox aguantase el tirón y que Contigo Avanzamos restara lo suficiente a Puente; además ?lógicamente- de recuperar el voto popular. Todos los condicionantes se cumplieron y Carnero será alcalde.
Óscar Puente, elegante en sus declaraciones, pero visiblemente noqueado, no se explicaba lo que acaba de ocurrir. Incluso en sus predicciones había coqueteado con una mayoría absoluta que se antojaba demasiado optimista, pero siempre en sus porras electorales se fijó un resultado de, al menos, doce concejales o, incluso, 13. Lo cierto es que si en 2019 lograba 60.107 votos (un 35,67% del apoyo total), este domingo se quedó en 58.900 votos. Toma La Palabra, la otra gran perdedora de la noche y que acabó con la renuncia de María Sánchez y Alberto Bustos, también sucumbió con una caída de cerca de 3.000 votos, pasando de 17.649 en 2019 a los 14.448 y más de un punto y medio porcentual.
La izquierda vallisoletana (PSOE y Toma La Palabra) pierde de forma conjunta 4.408, mientras que la suma de PP y Vox gana un total de 15.501 sufragios respecto a 2019. Un trasvase que en su mayor parte puede proceder de Ciudadanos, cuya crónica de muerte anunciada se certificó ayer con la pérdida de sus tres concejales, dejándose en las urnas la friolera de casi 18.000 votos.
No se puede concluir que lo que ocurrió este domingo en las urnas es fruto de una única causa. Más bien, todo lo contrario. Solo la suma de diferentes circunstancias ha permitido que Jesús Julio Carnero se convierta en el próximo alcalde de Valladolid 2023-2027.