Se cumplen tres años de una de las anécdotas más surrealistas y destacadas de la historia reciente que acompaña a la provincia de Valladolid. En 2020, la sociedad salía de un confinamiento domiciliario que duraba tres meses y que dejaba a los vallisoletanos con muchas ganas de calle y de disfrutar del verano que estaba por venir.
Hoy celebramos el tercer aniversario de los días en los que todo Valladolid estaba revolucionada y sus equipos de la Guardia Civil buscaban en las inmediaciones del río Pisuerga un cocodrilo del Nilo que supuestamente nadaba a sus anchas por las aguas de la provincia.
La mañana del sábado 6 de junio, las autoridades vallisoletanas fueron notificadas de la supuesta presencia de un gran reptil en el río del municipio vallisoletano de Simancas. Unos jóvenes habían avistado, la tarde anterior, a un animal que cruzaba de orilla a orilla y que se parecía mucho a un cocodrilo. También, un vecino del pueblo, de mayor edad, testificó haber visto un animal de gran tamaño que nadaba en zig-zag por la misma zona.
Tras estos dos avisos, un agente de la Policía Local se desplazó, esa mañana, hasta el lugar de los avistamientos y ratificó la presencia de un reptil nadando en el río, en la zona de la Pesqueruela, donde confluyen el Duero y el Pisuerga.
Inmediatamente llegaron al lugar efectivos de la Guaria Civil de Seguridad Ciudadana, la Policía Municipal y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) para acotar la zona y los accesos donde los testigos habían presenciado los hechos, y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
Posteriormente, se inició la búsqueda de evidencias o indicios en la ribera del río y su cauce. Un Grupo Especialista de Actividades Subacuáticas (GEAS) se trasladó a Valladolid para trabajar con la Guardia Civil. En los primeros dos días de búsqueda, se hallaron en la zona posibles evidencias de la presencia del reptil, tales como un pez devorado o como una zona con posibles huellas, aunque no se logró identificar el tipo de animal al que podrían pertenecer.
Llegado ese momento, todos los periódicos locales y autonómicos ya se habían hecho eco de la noticia y en la ciudad se vivía con auténtica pasión la posibilidad de estar acompañados por 'el famoso cocodrilo del Nilo'. Muchos fueron los rumores que recorrían las calles de Simancas y sus alrededores, afirmando que se trataba de una nutria u otro animal similar, o de que el cocodrilo había sido abandonado por su dueño que poseía animales exóticos y vivía en una urbanización de alto standing cerca de la zona del avistamiento.
El lunes 8 de junio, se incorporaron al operativo tres miembros de la Asociación sin ánimo de lucro Chelonia, con sede en Madrid, la cual está compuesta por científicos y biólogos, los cuales ya han colaborado con diferentes Ministerios y Seprona en otras ocasiones. Entre los proyectos de esta asociación se encuentra el estudio y rastreo de las especies de cocodrilos por diferentes zonas del mundo.
Un rastreador experimentado de dicha asociación, tras observar las primeras evidencias y huellas, descartó que estos se correspondiesen con un cocodrilo. De hecho, explicó que los restos de un pez devorado se debían a la depredación de una nutria, ya que un cocodrilo lo habría engullido entero. La Guardia Civil amplió la zona de búsqueda a un tramo de seis kilómetros, desde una central eléctrica hasta una presa, ya que por la orografía del lugar y según los técnicos, era muy difícil que una animal de estas características pudiese salvar estos obstáculos.
El operativo de búsqueda del animal permitió a la Guardia Civil localizar y desmantelar una plantación de marihuana oculta en una isla fluvial en la confluencia de los ríos Duero y Pisuerga en el municipio vallisoletano de Geria, con 33 plantas de cannabis, así como detener a sus responsables, un padre de 53 años y su hijo de 30.
En las redes sociales, aparecieron varios vídeos falsos que se hicieron virales y que aseguraban pertenecer a la zona del municipio vallisoletano pero que, sin embargo, eran de otras lugares. La difusión de bulos y fake news esos días llegó a tal extremo que incluso la Policía Municipal de Valladolid compartió uno de esos vídeos en su cuenta de Instagram para advertir a la población, sin saber de la falsedad del documento.
La investigación concluyó el martes día 9, tras seis días de intensa búsqueda en la que no se encontraron evidencias concluyentes que permitiese asegurar que existía ese tipo de reptil en la zona. Con la finalidad de que pudiese volver a manifestarse un hecho similar, se procedió a la instalación de cámaras de detección de movimiento, colocación de cebos y utilización de cámaras térmicas en los recorridos del río.
Tres años después, no se ha encontrado ninguna evidencia que permita asegurar que el cocodrilo existió o que siga entre nosotros, pero su leyenda queda ya para los anales de la historia de la ciudad.
A día de hoy, los vecinos recuerdan la loca anécodta con gran cariño y se enorgullecen de que este extraño suceso engrandezca la leyenda que acompaña al pueblo y a toda la Provincia de Valladolid.