Polvorete es el primer vino del año que hace Emilio Moro. Siempre el primero. Como si quisiera adelantarse al resto. Como su tuviera prisa por salir, prisa por respirar, por disfrutar.
Polvorete es un godello joven que quiere pasarlo bien, así que tenemos que buscar diversión.
Vamos a catar un vino alegre como una muñeira así que, para que esta sea una cata Polvorete, escucha esto mientras sigues leyendo.
Te presento a Polvorete
Hablamos de un godellín que nace en altura, cerca de Molinaseca (en cuanto estés un par de días en el Bierzo al final lo llamarás Molina).
Cuando le pegues una buena olisqueada, vas a sentir un aroma que te va a hacer salivar como si estuvieras en medio de un cereixal mordiendo un melocotón de nuestros frutales bercianos. Este vino es un auténtico showman, con una personalidad desbordante y una limpieza impecable, ¡es como si te estuviera diciendo: "¡Oye, yo soy un vino superfrutal y estoy aquí para conquistarte!".
A pesar de ser un vino mozo, tiene una presencia en boca que te va a hacer sentir como si estuvieras en una festa patronal de nuestros pueblos. Tiene un cuerpo y un peso que te va a dejar con la boca abierta, es como si te estuviera diciendo: "¡Mira qué valentía tengo en el paladar!". Y aunque la acidez quizás no sea tan pizpireta como en años más frescos y regüeldos, ¡no hagas esparavanes!, está presente, dándote un achuchón suave y agradable.
La acidez de este godello es como esa amiga que siempre está ahí en las fiestas de las vendimias, ¡siempre encajando de maravilla! Es tan natural y bien integrada que hace que cada sorbo sea un paseo alegre y sin enredos por la boca.
Ahora, hay que admitir que este vino no está pensado para tenerlo escondido en el sótano durante mucho tiempo. No, no es un vino que quiera pasarse la vida criando polvo en la bodega, ¡quiere ser disfrutado ahora mismo! Pero, oye, si por casualidad se te olvida una botellina en algún rincón oscuro y la encuentras después de un par de años, seguro que te llevas una sorpresa bien buena. Será como descubrir un tesoro escondido en el cuarto trastero.
CÓMO Y DÓNDE SE CATA DISFRUTA
Es un vino muy apetecible muy fácil de beber. Es un vino que podemos tomarlo solín o podemos bien combinarlo con tapinas o con algún entrante ligero.
¡Pues va siendo hora de salir a tomar un cortín y unos vinines! ¿Por dónde empezamos?
Polvorete es ágil y aventurero, por eso nace en pleno Camino de Santiago. De La Cuz de Ferro a la Calle Real de Molina todo es bajar pa abajo para cumplir con la primera etapa berciana de la ruta santiaguera. Un descanso para reponer con buenas viandas.
En las mejores festas siempre hay buena comida, por eso en El Bierzo tenemos el magosto, una fiesta de origen celta antiquísima. Coincide con la recogida de castañas, ya que, según creencias antiguas, la castaña era un símbolo del ánimo de los difuntos. Y cada castaña era un alma liberada del purgatorio. Al acabar la fiesta, las almas se acercaban a calentarse a las hogueras.
Lástima que sea en noviembre... y no queremos esperar tanto.
Al tomar un Polvorete presta una tapina.
Para celebrar que tomamos un Polvorete, vamos a acompañarlo de un pulpín, y no hay mejor sitio para eso que subir a El Espino, cerca de Vega de Espinareda.
Los días 1 y 15 de cada mes se celebra una feria que data de 1317... ¡y el lugar es más conocido por el pulpo!. Así que las pulpeiras de El Espino tienen su fama más que merecida.
Entre feria, música y pulpo, Polvorete encuentra su sitio.
El secreto para saborear, de sacar el máximo sabor a Polvorete, es beberlo mientras te ríes. Ríe mientras lo paladeas, mientras lo disfrutas. Es así de simple.
Y tú, ¿dónde catarías disfrutarías Polvorete? ¿Conoces a los hermanos de Polvorete?
Aquí tienes El Zarzal y La Revelía.