El español Carlos Alcaraz, actualmente número 3 del mundo, dominó al estadounidense J.J. Wolf, quien había avanzado desde la fase previa, en su debut en Roland Garros con un contundente 6-1, 6-2 y 6-1 en solo 1 hora y 51 minutos, manteniendo así su racha de superar la primera ronda en los torneos de Grand Slam.
El semifinalista de la edición anterior, que llegaba a París con algunas dudas sobre su estado físico, las disipó en gran medida con un desempeño serio y sólido, sin dar opciones a un rival que nunca ha derrotado a un top-10.
Alcaraz competirá por un lugar en la tercera ronda contra el ganador del enfrentamiento entre el alemán Jack Draper, número 39 del mundo a sus 22 años, y el neerlandés Jesper de Jong, proveniente de la fase previa.
Aunque el nivel tenístico del partido no fue concluyente debido a la baja exigencia del rival, el encuentro sirvió para comprobar que el codo de Alcaraz parece estar en buenas condiciones. La duda planeó por la central, porque el vendaje que lucía el murciano en su brazo derecho y porque de entrada cedía su servicio, carburante para el pesimismo.
Pero no dejó Alcaraz que se instalara, ayudado por un alocado Wolf, incapaz de llevar la duda al pupilo de Juan Carlos Ferrero, que se reencontraba con la central, una pista que hace un año abandonaba atormentado por los calambres cuando tenía enfrente al número 1 del mundo, el serbio Novak Djokovic.
El español pisó el acelerador y cosió a disparos al rival, que multiplicaba los errores y veía caer los juegos en su contra. Ocho encadenó Alcaraz, uno de ellos incluso levantando cuatro bolas de rotura, lo que terminó por minar la moral del adversario, que venía con las credenciales de haber alcanzado los octavos en Australia el año pasado.
El español acabó teniendo un debut plácido, una buena forma de continuar el rodaje que necesita tras haberse perdido por la lesión casi toda la gira de tierra batida. Ahora tiene un cuadro relativamente sencillo para ir encontrando su mejor nivel. En su camino asoman los estadounidenses Sebastian Korda, en tercera ronda, y Ben Shelton en octavos, antes de medirse en unos teóricos cuartos a Rublev, su verdugo en Madrid.