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Hay un punto donde cuando los coches están igualados, los pilotos brillan con luz propia. Y parece que se nos había olvidado que sin duda la luz que más brilla ahora es la de Max Verstappen.
Ha sido un Gran Premio de España fantástico y a pesar de que el resultado no fue el que nos hubiera gustado, tuvimos espectáculo, adelantamientos y alguna que otra masterclass de pilotaje.
Bandera verde, luces fuera y empieza la acción. Ya en la primera curva, la carrera patas arriba. Norris, que defendía pole, perdía posición con Russell, primero, y Verstappen, después. El británico de Mercedes hizo magia para pasar de cuarto a primero y comerles la tostada a los dos favoritos. Verstappen, frío y calculador como siempre, sabía que con Norris detrás era su momento de actuar. Un error por exceso de ansia del británico que propiciaba un adelantamiento sencillo en la recta principal. Sainz pasaba a Leclerc ilusionando a la grada local. Alonso sufría con un Aston Martin que acusaba la falta de ritmo.
Empezaba el baile de paradas y se partía la carrera. Mercedes la "cagaba" con una parada de 5,3 segundos que complicaba las opciones de victoria de Russell. Red Bull respondía con un pitstop antológico de 1,9 segundos para dejar a Max en una posición más que ventajosa. Mclaren viendo que todos hacían lo mismo, optó por una estrategia diferente y optaron por parar a Norris muy tarde y así aprovecharse de la ventaja del neumático nuevo y la degradación de los rivales. Hamilton tenía un incidente de carrera con Sainz idéntico al que le valió una sanción al español en Miami, que se saldaba con el británico impune (finjan sorpresa). Norris se reincorporaba sexto y enseguida daba caza a Sainz y a Hamilton, para ponerse tercero y a la zaga de Russell.
Parecía que la jugada le salía bien a Mclaren con Norris otra vez tercero pero con mucho más ritmo, eso sí, Verstappen más lejos. Pero Russell no estaba dispuesto a regalar la posición y cómo lo peleó. Llegaban emparejados al final de la recta, le aguantaba Norris por fuera y le pasaba en la curva 3, pero George se la devolvía en la 4 entrando muy tarde a la curva y dando pie a que Lando le acabara pasando de nuevo en la 5 afianzando el adelantamiento. Fantástica forma de competir de los británicos.
Norris empezaba su persecución de Max, una imagen a la que nos estamos habituando este curso. Le iba recortando décima a décima, acechando a su presa. El pitstop que faltaba podía marcar la carrera para bien o para mal, y así fue. Mclaren la "cagaba" con una parada lenta de 3,6 segundos y se sumaba al grupo de paradas mediocres que abundaron en este nuestro GP. Tenía una gesta titánica Norris por delante, remontar 8 segundos de desventaja y adelantar a Max Verstappen, algo nada fácil. Por otro lado teníamos a Russell y Sainz sufriendo frente a sus respectivos compañeros al llevar compuestos muy diferentes.
Hamilton volaba con blandos y pasaba a Russell sin mayor dificultad para quedarse con la última posición del podio que atesoraba su compañero. Leclerc, también con blandos, pasaba a un Sainz falto de ritmo con duros y se iba a por Russell también desprotegido con el compuesto duro. Norris seguía en su particular Odisea y a pesar de que acortaba la distancia, el tiempo pasaba más rápido. Otra vez Lando se tuvo que conformar con una segunda posición que le supo a poco. Verstappen, al cual nos cuesta elogiar porque es el tirano de las victorias las últimas tres temporadas, hizo una carrera sublime. El neerlandés nunca falla y ahora que el coche no es ese avión supersónico, véase Pérez octavo, su nivel de precisión roza lo supernatural. Al mejor piloto, le añades el mejor equipo con esa precisión quirúrgica en los pitstops, y da igual si tu coche no es el más rápido.
Fantástica carrera la que hemos vivido, de la que sacamos dos conclusiones: Verstappen es el mejor y se dedica a ganar todos los match balls que le ponen. La segunda conclusión es que a pesar de que aún faltan 14 carreras, los rivales de Red Bull no pueden permitirse desaprovechar más oportunidades porque dentro de 1 o 2 carreras puede ser demasiado tarde para competir por el mundial. Lando Norris lo sabe y se mostró muy crítico consigo mismo sabedor que las dos últimas citas, su Mclaren estaba para más que un segundo puesto. Sainz, sexto, y Alonso, duodécimo, hicieron lo que pudieron con lo que tenían pero no estaban para victoria. El de Aston Martin sabe que toca sufrir en Austria y Silverstone, mientras que Carlos a la espera de resolver su futuro está a merced de un Ferrari ciclotímico que un día es el mejor coche y otros días el cuarto.
La próxima cita, Austria la semana que viene en casa de Red Bull para seguir viviendo un Mundial que cada día está más ajustado.