Son las 6.30 horas de la mañana de la primera noche de Fiestas de Valladolid. "Voy andando sola a buscar a mis amigas de toda la vida a la discoteca a la que vamos siempre", así empieza el relato de la joven vallisoletana que sufrió el pasado 1 de septiembre una agresión homófoba al grito de "lesbiana de mierda".
"No eran calles oscuras y el trayecto que estaba realizando no sería de más de diez minutos caminando", asegura la denunciante en una entrevista con Tribuna Valladolid en la que desvela el infierno que sufrió hace tan solo unos días.
El episodio, que sucedió en la zona de San Miguel, cerca de la Plaza Fabio Nelli, fue inmediatamente después de que la vallisoletana, que prefiere que no se conozca su identidad, comprase una snack en una de las máquinas 24 horas que hay en la calle por la que paseaba: "Me crucé con tres chicos de unos 18 o 19 años de edad que se rieron de mí al pasar".
La agredida, que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente, explica que agachó la cabeza y siguió con su camino pero los presuntos agresores la siguieron y le propinaron un puñetazo en la cara: "Uno de los tres chavales se acercó, me pegó y me quedé sola escupiendo sangre mientras corrían".
La vallisoletana de 21 años declara, todavía conmocionada por la situación, que se siente "muy agradecida" con los testigos que la acompañaron y llamaron a la Policía: "Unos chicos les siguieron mientras otro se quedaba conmigo para no dejarme sola".
"Esta agresión no tiene ningún tipo de justificación, no provoqué. Estaba indefensa y completamente sola y ellos eran tres", afirma la joven que no pudo denunciar ya que fue trasladada de urgencia al hospital y fue su padre quien interpuso la demanda.
Ante el motivo del ataque, la denunciante expresa que "dieron por sentado que era lesbiana por mi corte de pelo" y se queja de lo sucedido: "A este tipo de gente le da igual cómo seas, solo buscan el conflicto".
"Desde pequeñas siempre nos meten el medo en el cuerpo, responsabilizándonos por cómo nos vestimos o por caminar solas por la calle y nos enseñan cómo defendernos. Nosotras no tenemos la culpa. Deberían enseñar a los hombres a que no se agrede, a que las calles no son suyas y a que no pueden hacer lo que deseen con cualquier persona", sentencia.
Ahora, vive con un miedo que antes no tenía: "Me parece imposible volver a ir sola por la calle a partir de ahora".
La joven quiere que se haga pública su historia para que se visibilicen este tipo de episodios violentos: "La gente cree que España es un país seguro o que estamos evolucionando pero lo único que verdaderamente sucede es que no denunciamos por miedo a que suceda algo peor".
"Me operaron hace unos días y me han puesto placas, tornillos y gomas en la boca", explica por escrito la vallisoletana que, de momento, no pude pronunciar palabra. Y añade que tendrá que ingerir alimentos con una pajita durante al menos cuarenta días.
Agradece a la Policía Nacional y a Sacyl por su "cercanía" y la "tranquilidad" que le han trasmitido en todo momento pero expresa que sigue "en shock" con todo lo sucedido y desea que "se haga justicia y los responsable paguen por lo ocurrido".
