Mientras Ferrer Martín cortó una oreja al quinto de la tarde y dio una vuelta al ruedo tras despachar al segundo, rajado y aculado en tablas, con el que no pudo hacer absolutamente nada el caballero rejoneador malagueño, pues el toro 'zalduendo', berrendo en negro ni acometió a las cabalgaduras. El toro fue pitado en el arrastre por la concurrencia.
El arte de rejonear estuvo en Sergio Pérez, con estilo, entrega, sobriedad y quebrando en un par de cortas con la espectacularidad que le caracteriza. Estuvo muy bien con el que cerraba corrida, un 'zarapito', negro, más en murube que sus hermanos de encierro, al que desorejó por partida doble.
No le fue a la zaga Sebastián Fernández, un rejoneador que puso la plaza en pie en varias ocasiones, tanto abriendo la corrida frente a 'buitron' al que desorejó merecidamente y al extraordinario toro berrendo en colorado que llevaba el nombre de 'ramito', el mejor del encierro, al que le concedió el palco el pañuelo azul.
Los tres rejoneadores dieron una entretenida tarde de toros, de cierre de la feria tordesillana. Quebraron, clavaron y torearon con entrega y decisión. La pega fue la de Ferrer Martín, quien entró en el cartel sustituyendo a Pérez Langa, y que le tocó bailar con la más fea, en este caso el lote peor de los de Benítez Cubero, contentándose con una oreja por el esfuerzo realizado y las ganas ante los dos peores toros lidiados esta tarde en Tordesillas.
El último toro de esta corrida fue brindado por Sergio Pérez a los miembros de su cuadrilla al completo, quienes recibieron el cariñoso homejaje del rejoneador salmantino de Peñaranda de Bracamonte.
A la salida de la plaza, los costaleros del arrastre que sacaron por la puerta grande a los triunfadores, levantaron en hombros al alcalde, Miguel Ángel Oliveira, más que nada como premio a la extraordinaria función taurina de calidad que ha sido y resultado este año las ferias y fiestas de la Peña.
