Slow Fashion: La moda que desacelera por el planeta

En una industria situada en el punto de mira nace la moda lenta que defiende la sostenibilidad

Tania Díez Perea
Martes, 08, Octubre, 2024
Destacado

La industria de la moda es la segunda que más contamina del mundo. La producción de tejidos es responsable del 20% de la contaminación el agua, así como del 10% de la emisión de gases de efecto invernadero. Además, genera 500.000 toneladas de microfibras que terminan en los océanos de nuestro planeta. 

Por ello, nace el Slow Fashion o moda lenta. Esta propone una serie de prácticas en la confección y el consumo de la moda, más respetuosas con el medio ambiente y las personas que trabajan en el sector. Persigue la reducción de los niveles de contaminación y CO2, así como lucha contra la sobreproducción y la acumulación de residuos textiles.

Valladolid cuenta con diseñadores que defienden esta iniciativa, así como la Escuela Superior de Diseño y algunas marcas que participan en la Semana de la Moda de la capital del Pisuerga. Dicho evento, conocido por el nombre de MOVA, está organizado por AVADECO y su decimosexta edición comienza este martes. 

El coordinador del grado en diseño de moda de la Escuela Superior de Diseño de Valladolid, David Salvador, explica a TRIBUNA las bases de la moda lenta y cómo podemos contribuir con la misma de forma individual. "Esta es una moda pensada, producida bajo unas condiciones laborales dignas y que emplea materiales sotenibles", afirma.

"El hábito de compro para tenerlo ahora no es sano, porque no te permite tener un discurso contigo mismo para pensar. Debemos preguntarnos qué uso vamos a darle a la prenda que planteamos comprar, cúal es su composición y dónde está fabricada", añade el docente. Asimismo, informa de que hay que buscar los tejidos con poca mezcla, así como los naturales que siempre serán más sotenibles que los artificiales. También los denominados 'Seaqual', que han sido elaborados con residuos plásticos procedentes del mar.

Grado en diseño de moda de ESI Valladolid

La Escuela Superior de Diseño de Valladolid forma a sus alumnos en base a la importancia de una moda que no cause tantos daños al plaaneta. Inculcan a los mismos reducir la huella ecológica, usar materiales sostenibles y dar mucho más peso a las prendas recicladas.

"En primero, la práctica principal gira en torno al upcycling", afirma el profesor David Salvador. Explica que esta técnica consiste en "crear prendas a partir de otras iniciales que ya no van a ser utilizadas". Por último, comenta que la finalidad es "darles una nueva forma, así como una nueva vida".

Aladedós, una marca local y sostenible

Aladedós es una marca de ropa diseñada y confeccionada a mano en Valladolid. Sus fundadoras son las hermanas Roldán, Alba y Lara. La firma se caracteriza por ser Slow Fashion al apostar por el consumo responsable, primando la calidad y perdurabilidad de las prendas. Ponen especial ímpetu en buscar materiales que tengan certificado ecológico. "Intentamos que no sean perjudiciales para el medio ambiente", señalan las jóvenes emprendedoras.

Entre sus trabajos, destaca el traje del director cinematográfico Enrique García, que presentó su largometraje Gallo Rojo en la 68 Seminci. También el vestido que lució la actriz Pino de Pablos en el festival. Al coser prendas a medida como estas, explican que dejan un margen para que sus clientes "puedan reajustar la prenda en vez de comprar otra". 

Por último, informan de que todo el proceso es artesanal. "Lo hacemos todo nosotras para contribuir con el medio ambiente y la sostenibilidad. Al igual que bordamos a mano los abalorios de las prendas que los llevan, uno a uno, como hacían nuestras abuelas".

Crea Studio, fima de la influencer Cristina Pérez

A nivel nacional hay más firmas coprometidas con la moda lenta. Por ejemplo, Crea Studio en Granada. Su fundadora es la influencer Critina Pérez, fabrican todas sus prendas en España y cuenta con proveedores de proximidad.

Combina dos tipos de negocios sostenibles, el upcycling y las prendas fondo de armario bajo demanda.

"Quería combinar mi pasión por la moda y aportar algo positivo al mundo. Tras hacer un máster en Paris, comencé a entender los problemas que la moda generaba y empezó a tomar forma la idea de una marca sostenible. Esto unido al auge del fast fashion en redes sociales culminó en el nacimiento de Crea Studio", detalla la joven emprendedora.

 

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