Más de lo mismo en Butarque

La fragilidad defensiva y los errores groseros lastran al Pucela ante el Leganés, que ganó el amistoso (3-1) y pudo hacer algún gol más

Alejandro De Grado Viña
Jueves, 10, Octubre, 2024
Fútbol

El Real Valladolid cayó (3-1) ante el CD Leganés en el Estado Municipal de Butarque. Los blanquivioletas tenían una gran oportunidad de resarcirse y de reivindicarse, pese a ser un amistoso, pero ni con esas los de Paulo Pezzolano reaccionaron ante un rival, a priori directo en la liga, que hizo lo que quiso en la mayoría del encuentro. La fragilidad defensiva y los errores groseros volvieron a dejar en evidencia la mala planificación deportiva y la nula planificación de plantilla que, al ser cogida con alfileres, augura lo mal que lo puede pasar el Pucela en la categoría.

Los pepineros comenzaron el partido con una marcha más. El Pucela, con una alineación cuanto menos sorprendente, no se adueñó del partido como hubiera deseado y empezó a sufrir las acometidas del Leganés, que ya se merecía, en los primeros minutos, ponerse por delante en el marcador. André Ferreira sacó una buena mano al disparo de Miguel de la Fuente, y desvió el balón a córner, que fue el que decantó la balanza. En ese mismo saque de esquina, Jorge Saénz de cabeza inauguró el casillero local (1-0).

El tanto dejó grogui a un Pucela adormilado que apenas generó peligro. De hecho, el Leganés pudo ampliar las diferencias, pero no acertó ante Ferreira. El Real Valladolid, ante tanto error, se despertó con una gran acción colectiva que acabó con el balón en el fondo de la red. Un pase de Maroto encontró por dentro a Meseguer que filtró a Sylla para que, con el exterior de su bota derecha, igualara la contienda (1-1). Los jugadores visitantes celebraban el empate, que fue de lo poco salvable de la noche. Parecía que el Pucela podría remontar el partido, pero el Leganés se sintió seguro y solventó la aparente y tímida presión. Ambos se fueron al descanso con la sensación de poder haber hecho más.

En la reanudación, el único equipo que compareció en Butarque fue el Leganés que, en dos arreones, finiquitó el partido. Primero, a través de Dani Raba, aprovechando un error grotesco de Juma, al que poco se le puede reprochar, para, desde los once metros, superar a Ferreira (2-1). Y, segundo, a través de Diego García que, a la espalda de los centrales, que dieron una imagen de fragilidad constante, marcó el tercero (3-1). A partir de ese momento, el Leganés no quiso apretar más el acelerador, pese a encontrarse con el palo, que evitó la goleada.

Con el partido sentenciado y sin intensidad, Lucas Rosa e Iván Sánchez tuvieron en sus botas el segundo gol para un Real Valladolid que se va de vacío de un amistoso que podría haber servido de acicate para afrontar en condiciones el partido ante el Alavés, que es el realmente importante.

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