Una lucha Bárbara contra el cáncer en Valladolid

Una niña vallisoletana, con tan solo 15 años, ha tenido que convivir con una enfermedad que, afortunadamente, tiene cura

Alejandro De Grado Viña
Viernes, 18, Octubre, 2024

Es difícil imaginar lo feliz que uno puede llegar a ser comiendo un buen potaje de garbanzos. Y más, cuando solo el apetito te indica que ese es el alimento idóneo para poder salir hacia adelante porque hay una enfermedad que vive contigo, pero no te impide que saques a relucir la valentía, como han hecho nuestros protagonistas, al haber decidido afrontar la vida con un puchero... y una sonrisa.

Raúl, Verónica, Gabriela y la pequeña Bárbara forman una familia vallisoletana de Castromonte, con residencia en Cabezón de Pisuerga, que en el camino largo de la vida se han encontrado con una piedra que, poco a poco, están esquivando para no tropezar con la misma. Hace un año, en concreto el 17 de octubre de 2023, Verónica toma, sin duda, una de las mejores decisiones desde que es madre. Llevó a Bárbara a urgencias porque su hija se quejaba de un fuerte dolor en su rodilla izquierda, sobre todo, cuando subía y bajaba escaleras. 

Los padres de Bárbara estuvieron reflexionando, días atrás, para poder enderezar un rumbo que no parecía que fuese a llegar más lejos de un simple dolor por "crecimiento". "No se había dado ningún golpe... ni ninguna torcedura", asegura Raúl en declaraciones a TRIBUNA. Sin embargo, la insistencia de Bárbara, clave para decantar la balanza, hizo que la llevaran a urgencias, donde "saltaron todas las alarmas". La niña, con tan solo 15 años, tenía "una mancha blanca en la cabeza de su fémur izquierdo"

Verónica no quiso comentar nada al respecto para no preocupar a su familia de lo que le habían dicho en urgencias. El problema es que Raúl ya se temía que eso no solo era una mancha, sino un tipo de enfermedad como es la "osteosarcoma", un cáncer que nace en las células que forman los huesos. Fue en Madrid, en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, donde la hicieron ese diagnóstico tras las pruebas realizadas y las advertencias de los traumatólogos de Valladolid, que actuaron "con rapidez" para que la familia se trasladara, cuanto antes, a la capital de España. Los especialistas les transmitieron lo que la pasaba, exactamente, a la niña. "Salimos llorando de la consulta", reconoce Verónica.

A pesar del "nerviosismo" que tenían, se encontraron con una gran noticia dentro de la gravedad que conllevaba el caso. "Nos dijeron que era un tumor que habían tratado bastantes veces... y que tenía cura. Eso te tranquiliza bastante porque sabías que tenía una solución. El tratamiento ha sido duro, pero tuvimos la suerte de coger el tumor muy pequeño y muy pronto", apunta Raúl.

UNA NUEVA VIDA

Madrid acogió a la familia como se merece, pese a que Raúl cometió el error de "buscar en internet" las consecuencias de la enfermedad, lo que provocó que pasaran unos "días horribles". "Empezamos a ir a Madrid a finales de octubre. Íbamos y veníamos dos veces por semana. Ya a mediados de noviembre, nos quedamos ahí de manera permanente hasta el pasado 13 de mayo", explica el padre de Bárbara, la cual "lleva mejor" la enfermedad que sus propios progenitores. "Es envidiable la fortaleza que tienen los niños", añade el vallisoletano.

En los meses en los que han estado inmersos en el tratamiento, siendo conscientes que iban a estar en Madrid "una serie de meses", tuvieron que alojarse en casas de amigos antes de que la trabajadora social del hospital les diera una solución. Ella contactó con ellos y les informó que había un edificio, situado en el mismo complejo del centro hospitalario, que era la Fundación Ronald McDonald, la cual acogía a familias en casos similares a los de Bárbara. "Dos días después de empezar la quimioterapia, ya estábamos en el edificio. La planta baja cuenta con zonas comunes, sala de juegos, biblioteca... Había una cocina para cada familia con su propio frigorífico. Te permitía estar cerca de tu hija, poder dormir, asearte y hacer tu comida, bueno hacer el potaje de garbanzos...", ríe.

Para Verónica, era un "mundo desconocido". De hecho, no quería ver "los informes" para no preocuparse más de lo debido, pero fue ella, al final, la que tuvo que sacar el coraje que llevaba dentro para, por un lado, no venirse abajo, y por otro, tener que contárselo a la familia... incluidos sus suegros. Bárbara, en este sentido, revela que no quería hablar con ellos sobre el tema, pese a que el dolor que sentía era "preocupante", el cual, de hecho, le impidió bailar, que era una de las actividades extraescolares que practicaba. Por fortuna, y pasados los 12 meses, el tratamiento no le causó una reacción que fuese diferente, por ejemplo, a la inevitable caída de su pelo.

MARCHA SOLIDARIA Y COLABORACIÓN DE FIVE NAPOLI PIZZA

Con la intención de agradecer todo lo que les ha dado la Fundación Ronald McDonaldesta familia vallisoletana ha organizado una marcha solidaria que se celebrará en el municipio vallisoletano de Castromonte. De hecho, para participar, las personas mayores de 12 años tienen que abonar 5 euros y 3 euros en el caso de que sean menores de dicha edad. El Ayuntamiento facilita esta dirección de correo correocastromonte@gmail.com para que este sábado a partir de las 11.00 se reúnan el mayor número de personas, pese a que lo verdaderamente importante es recaudar fondos para la Fundación, sea o no una marcha multitudinaria.

De forma paralela a esta celebración, Five Napoli Pizza, cuyo local se sitúa en la calle Francisco Zarandona, donará un euro a la propia fundación por cada pizza que venda hasta el 20 de octubre. El objetivo de este local es apoyar y ayudar a la familia para que retome la "rutina" con una sonrisa porque el cáncer podrá desaparecer, pero no un buen potaje de garbanzos, un 'antídoto' que ejerció de compañero de viaje en los peores momentos y que, a partir de ahora, el que escribe esta noticia deberá tener más en cuenta. 

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