Fernando Méndez-Leite: "Echo de menos mi vida de festivalero, y más en Valladolid, donde me enamoré"

El presidente de la Academia de Cine atiende a TRIBUNA tras recibir la Espiga de Honor en la 69ª Seminci

Alejandro De Grado Viña
Miércoles, 23, Octubre, 2024
Cine

La 69ª Seminci, quizás, no empezó de la mejor manera posible por la falta de estrellas en la ciudad, pero sí que había una que, cada vez que pasa por Valladolid, brilla con luz propia. Hablamos de Fernando Méndez-Leite (Madrid, 1944), actual presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que recibió, de forma merecida, una Espiga de Honor en uno de sus festivales preferidos. De hecho, tanto es así que vivió de cerca las primeras ediciones de Seminci, dando, en esos años, clase de Teoría del Cine e Historia del Cine Contemporáneo en la Universidad de Valladolid.

En concreto, tal y como reconoce en una entrevista concedida a TRIBUNA, la primera vez que estuvo en la ciudad fue con 24 años y hasta los 45, incluso, estuvo veraneando. "Hay quien veranea en San Sebastián o Gijón, y yo lo hacía en Valladolid trabajando intensamente en la Cátedra de Cine. Recuerdo hacer alguna excursión en barco por el Pisuerga. Lo pasé muy bien", asegura. Tras esos veranos, también se dejaba ver por Seminci, donde se enamoró de su actual esposa, la actriz Fiorella Faltoyano.

En esta charla, además, hace balance de la gala de los Goya y lo que supuso para la Academia de Cine poder organizar la ceremonia en Valladolid, una ciudad que siempre formará parte de su vida, sea o no el máximo responsable de la mencionada institución, que celebra elecciones, de nuevo, en "año y medio". El cineasta se presentará a las mismas si tiene "fuerzas", a las que añora, de vez en cuando, cada vez que recuerda su etapa de "festivalero".

PREGUNTA: ¿Qué balance haría del año 2024?

RESPUESTA: Muy positivo. El año 2024 se ha portado muy bien conmigo. Empezamos con la gala de los Goya en Valladolid y fue todo un éxito de audiencia, asistencia, crítica... Creo que el trabajo que hicimos en Valladolid, con el Ayuntamiento, fue muy bueno. Estoy muy orgulloso de la gala. Se cierra, de alguna manera, el círculo con la Espiga de Honor que me da Seminci. Es un premio que no me lo esperaba... Una cosa, de hecho, inimaginable.

P: ¿Cómo se lo comunicaron?

R: Me emocioné mucho cuando me lo transmitió por carta el director del festival, José Luis Cienfuegos. El alcalde también me lo comentó. La Espiga de Honor ha tenido una repercusión enorme en la ciudad. Me habla la gente por la calle (ríe). Ya están acostumbrados a verme todos los años. Muchos amigos y muchas personas vinculadas a la Academia de Cine me han felicitado.

El cine español también se ha llevado varios premios este año, que ha sido muy bueno. Pedro Almodóvar ganó el León de Oro en el Festival de Venecia, Jonás Truega obtuvo el premio a la mejor película europea de la Quincena de Cineastas de Cannes, y Albert Serra se llevó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián... El Festival de Málaga fue todo un éxito y la Biznaga de Oro recayó en la película 'Segundo Premio', que nos representará en los Oscars 2025. No me puedo olvidar de los éxitos en taquilla también de 'El 47', 'La Infiltrada' o 'Casa en Llamas'. 

Recomiendo, en estos momentos, estar pendiente de 'Marco', que triunfará. Uno de los protagonistas, entre otros actores, es Eduard Fernández, uno de nuestros grandes talentos.

P: ¿A quién dedicó la Espiga de Honor?

R: Pensé en mucha gente de la que luego no hablé... Me acordé de los primeros profesores y compañeros de aquella Cátedra de Cine. Cité, por ejemplo, a Luis Hueso, Fernando Benito, Manolo Cuervo... algunos fueron, incluso, alumnos míos. No me quise olvidar de Fernando Lara, que revitalizó la Seminci y me llamó para que fuera jurado del festival. Me acordé también del alcalde de entonces, Tomás Rodríguez Bolaños, que estuvo muy implicado con la Seminci y con el que yo mantuve una relación muy cordial y agradable.

Por supuesto, se lo quise dedicar a mis compañeros de la Academia. Tengo un equipo muy bueno detrás que he heredado de Mariano Barroso. Él hizo una gestión fantástica. Me he sentido identificado con todos ellos y muy tranquilo por todo el trabajo que realizan. Muchos de ellos me quisieron acompañar. Estuvieron el vicepresidente Rafael Portela, el gerente Juan Morán, la responsable de comunicación Chusa, y la secretaria de dirección Mónica Martín. Me acordé de ellos, como no podía ser de otra forma, porque se lo merecen.

Mi mujer, Fiorella Faltoyano, también estuvo y la adoro. Me enamoré de ella en Valladolid y traspasé los límites que me dejó (ríe). En Valladolid es donde pensamos si queríamos estar juntos. Ya han pasado 30 años de aquel momento. Vinieron mis hijos y mis nietas. Fue muy especial.

P: ¿Cómo es el día a día del presidente de la Academia de Cine en Seminci?

R: Hago varias actividades relacionadas con los actores, con relaciones públicas, con citas, comidas, eventos, entrevistas... Todo eso no lo hacía cuando venía como mero espectador. He venido al festival en calidad de muchas cosas porque fui jurado, crítico... Ahora, aparte de estas entrevistas, como la que estoy haciendo ahora, también tengo tiempo para ver muchas películas. Tengo sesiones por la mañana, por la tarde y por la noche. Echo de menos mi vida de festivalero, y más en Valladolid, donde como te he comentado, me enamoré. El problema es que ahora no sé si tendría la misma resistencia porque veíamos películas cada dos horas. Para toda la generación de cinéfilos de los años 60 y 70, la Seminci y el Festival de San Sebastián fueron muy formativos. Veíamos secciones de películas sorprendentes y fabulosas. Recuerdo haber analizado retrospectivas de Samuel Fuller, Jean Renoir... Son cineastas fantásticos. Salía de las proyecciones con conocimientos que, hasta ese momento, no tenía.

P: ¿Hay alguna película estrenada en Seminci que le ha gustado especialmente?

R: Debo decir que el cine de ahora, estas tendencias de moda, no es el que a mí, que yo recuerde, me gustaba ver en su momento. Es una idiotez, lo confieso, porque veo 20 o 30 películas cada año que me gustan mucho. El cine va por unos derroteros que no me interesan tanto. No me refiero al cine español, que cada película que sale es una obra maestra... sino del cine mundial. De ese tipo de cine, no puedo soportar directores como, por ejemplo, Giórgos Lánthimos o Jacques Audiard. Es un tipo de cine muy grandilocuente, exagerado... No lo entiendo. Hay directores excelentes que apuestan por un cine que cada vez me gusta menos.

Sin embargo, hay otros que me interesan muchísimo. Woody Allen me sigue pareciendo maravilloso. Me gusta el cine de Hong Sang-soo y lo que hacen las españolas Alauda Ruiz de Azúa o Celia Rico. Marta Nieto, si hablamos de Seminci, debuta como directora en Valladolid y es muy amiga mía, al igual que Paz Vega, con su ópera prima 'Rita'. Ambas tienen una trayectoria digna de alabar. Carolina África y Pedro Martín Calero presentaron también sus películas que, por definición, son obras maestras.

A mis alumnos les decía que tuvieran un criterio, como estos directores, para saber qué es exactamente lo que les gusta y lo que no. No todo vale, y eso también quería que lo supieran. Me parece importante que mantengamos nuestros gustos en el cine, y más yo, inmerso en mi absoluta vejez (ríe). Si una película es muy mala, creo que es justo decirlo.

P: Aprovecho que analiza el momento que vive el cine para preguntarle si beneficia o perjudica que haya tanta competencia y tantas plataformas para ver las películas...

R: Creo que, en algunos aspectos, es positivo y, en otros... negativo, sobre todo para las salas de cine. Es un dilema motivado por la decadencia de los tiempos. Pasó lo mismo con la irrupción de la radio o de la televisión. Cuando apareció el vídeo, hubo otro momento de crisis para algunos sectores. La industria del cine ha tenido que adaptarse ante estas circunstancias. Se fomentaron las multisalas porque había que ver los estrenos de cartelera.

Lo que tengo claro, y lo compruebo cada día, es que las películas se ven mucho mejor en la sala de cine que en casa. Entiendo que la gente quiera quedarse en casa, pero no es la mejor opción. No puedes pretender detener el tiempo para ver la película, hay que verla de manera continua y en marcha. Me considero un hombre conservador y soy de esas personas que les molestaría que le quitaran, por ejemplo, la tienda de debajo de casa. Al tranvía también le echo mucho de menos. Tenía 22 años cuando desaparecieron y creo que eran esenciales.

P: Hablemos ahora de Valladolid para terminar la entrevista. Ya ha asegurado que la gala de los Goya fue un "éxito". Sin embargo, ¿no hay nada que se pueda mejorar de cara a la ceremonia de los premios en Granada?

R: La gala de los Goya estuvo genial, sinceramente. ¿Hicimos algo mal? Siempre se puede mejorar. No es fácil levantar un espectáculo de tres horas de duración en el que no hay un guion prefijado, como tal, porque puede pasar de todo... No sabes, como cada año, quien puede ganar o recoger el premio porque puede ocurrir cualquier cosa de última hora, y esa es la parte del guion que no puedes controlar. Son detalles que no se pueden prever. Levantar un festival de 10 días, como Seminci, es también increíble. La gala, aun así, creo que fue muy buena, pese a que en los últimos años hemos tenido que lidiar con los aforos, porque hay gente que se tiene que quedar fuera. Las galas siempre despiertan un interés enorme.

P: Como pasará en Granada...

R: Y tanto. He de decirte que he estado todo el invierno en Granada, donde no hemos tenido que construir un pabellón como pasó en Valladolid. Tenemos un auditorio estupendo. Eso sí, hemos tenido que adecuar el mismo y negociar con el Ayuntamiento la organización de la gala, que está organizada por la Academia de Cine. Nosotros contratamos a una empresa para que dirija la gala. En este caso, será Gest Music. En Sevilla y en Valladolid hemos funcionado muy bien con ellos. En Granada repetiremos esa fórmula.

Aún desconozco los Goyas de Honor, aunque ya tengamos nombres encima de la mesa. No adelanto nada hasta que no lo publiquemos. Otra de las partes negociadoras es RTVE, que es la que emite la gala y es otra parte importante de la ceremonia.

P: Por último, le pregunto por su puesto como presidente de la Academia de Cine. Lleva más de dos años en el cargo. ¿Se presentará a la reelección?

R: Me eligieron hace dos años y medio, y en año y medio habrá elecciones. Puedo presentarme o no... Pero, con sinceridad, te reconozco que aún no he tomado esa decisión. No sé lo que haré. Sobre el papel, tendría 82 años, y creo que un presidente, con esa edad, sería raro, ¿no? (Ríe). Va a depender mucho de cómo me encuentre y si tengo fuerzas para afrontar el que sería mi segundo mandato.

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