Se cumplen casi dos semanas desde que el Levante español viviese uno de los peores capítulos en su historia. La DANA azotó con fuerza la 'Terreta', dejando cientos de muertos y desaparecidos en una región que trata de salir a delante después de esta tragedia.
Son muchos los voluntarios y servicios de emergencia que sin dudarlo un segundo han llegado desde todos los puntos de la geografía española para aportar su granito de arena y apoyar a los damnificados. Entre ellos se encuentra Sergio, un socorrista vallisoletano que junto a Cruz Roja viajó el pasado martes para ayudar como voluntario en la zona cero del desastre.
Cada mañana les convocan a las siete en la Central de la Cruz Roja en Valencia, y es allí donde "se reparten las tareas", cuenta a TRIBUNA Valladolid. A lo largo de la noche desde la dirección preparan los equipos presentes en la zona, "nos envían a diferentes zonas en función de las necesidades".
También desde los diferentes Ayuntamientos solicitan su ayuda, el joven vallisoletano explica que la Cruz Roja se encuentra dentro de un equipo de emergencia compuesto por representantes de cada una de las unidades presentes en la zona afectada como la UME, Policía, Guardia Civil o Bomberos.
Sergio, subido en la parte trasera de la furgoneta, preparando el vehículo. TRIBUNA
Una ayuda muy necesaria
Desde su llegada cada día es variable, "estuvimos haciendo traslados de personas sin movilidad, dependientes". Sergio narra a este periódico como desde Cruz Roja trasladaron a otra pedanía, no afectada, a dos ancianos de 95 y 96 años "estaban en cama en una casa de planta baja, donde el agua les había llegado a todas partes".
La limpieza es también una de las tareas que se les solicita, "hemos estado limpiando barro, en bajos inundados donde hemos sacado todos los muebles y todo lo que se ha perdido", cuenta. En cada traslado viajan con un técnico de emergencias, "por temas de enfermería", que ayuda con las curas o cualquier otro problema que puede surgir en el momento.
El reparto de alimentos a los afectados es fundamental en estos momentos, hace apenas unos días, la luz llegaba a algunas localidades afectadas. Sin ese recurso, "no hay posibilidad de neveras o sistemas que permitan conservar la comida fresca", por lo que voluntarios llevan comida no perecedera a los vecinos al no tener estos la posibilidad de acudir a los ahora destruidos supermercados.
Los medios de comunicación, las redes sociales de todo el país se han llenado de imágenes que acercan a la población española a la cruda realidad que vive la Comunidad Valenciana en estos momentos, sin embargo, Sergio cuenta emocionado como "la realidad supera con creces a lo que se pueda ver desde casa".
La actual realidad que se vive en la 'Terreta'
El joven vallisoletano no había estado, como él dice "por suerte", presente en otras emergencias de este calibre. Lo describe como "una imagen desoladora y dantesca", mientras habla con este periódico y describe lo que sus ojos ven en las calles de Picanya, "aquí se ven coches en las calles llenos de barros y electrodomésticos".
Una realidad que con el paso del tiempo pide otras nuevas necesidades, "hace falta mucha maquinaria pesada, porque esto a mano es inviable, hacen falta que entren excavadoras, y se lo vayan llevando".
La llegada y el trabajo de los voluntarios es una imagen que reconforta a vecinos y sociedad española, "hay gente por todos lados ayudando, en las plantas bajas se ven cuadrillas organizados y sin organizar", cuenta. Sin embargo, Sergio explica la cruda realidad, "van a hacer falta mucho tiempo los voluntarios, va a pasar mucho tiempo hasta que restablezcan su día a día".
"Nos sentimos afortunados de poder estar aquí y ayudar, pero por otra parte es muy duro el ver toda la ayuda que hace falta y mucho tiempo", expresa el vallisoletano, "es muy triste, el apoyo psicosocial es muy importante en estos momentos". Y es que tras casi dos semanas los afectados tal y como expresa este joven voluntario "están cada vez más caídos", avisa de que la ayuda psicológica "comienza a ser necesaria".