Hace unos meses, Prime Video anunciaba la producción de ‘Cochinas’, la última apuesta de la plataforma de series que contaría con Elena Anaya como protagonista y que prometía convertirse en una serie que representaría personajes femeninos que todavía no se han plasmado en la ficción española.
No ha sido hasta mediados de este mes de noviembre cuando la ciudad de Valladolid ha percibido el inicio del rodaje de la producción de Carlos del Hoyo e Irene Bohoyo que plasmará una peculiar historia ambientada en la ciudad de Valladolid de la década de los 90.
La protagonista firmaba hace unos meses que no pudo decir que no cuando se enfrentó al proyecto: "Es una apuesta arriesgada, pero es necesaria. La historia sucede hace treinta años pero vamos a ver muchas cosas en esta historia que están de actualidad", decía Anaya.
Esta comedia, que narra la historia de un ama de casa conservadora que se ve obligada a especializar su negocio familiar en la venta de películas pornográficas, cuenta en su elenco con actores de prestigioso renombre como la última ganadora del Goya a Mejor Actriz, Malena Alterio, el aclamado David Castillo, y el carismático Álvaro Mel, que arrasa en las redes sociales con 1,3 millones de seguidores.
A estas estrellas ya se les ha visto por el centro de la capital del Pisuerga, rodando las primeras escenas de la serie. Aunque todavía se desconoce al resto del reparto, la serie promete convertirse en todo un éxito por su descarada sinopsis y su potente mensaje.
Quien también ha experimentado la llegada de este rodaje ha sido la calle Mantería, que ha reabierto sus antiguos cine para dar lugar a la Sala X donde se desarrollará el groso de esta historia en la ficción.
Sinopsis
Valladolid, 1998. Nines es un ama de casa de aires conservadores que se ve forzada a enfrentarse a todo lo que creía saber sobre sí misma cuando su marido cae en coma, dejando el videoclub familiar a su cargo. Nines descubre que el negocio está en quiebra, y decidirá especializarse en el único género que les da dinero: el porno. Lo que le faltaba, rodearse penes y pezones todo el santo día. Menos mal que tiene la ayuda de Chon, la deslenguada empleada del videoclub, y Agu, un cinéfilo empedernido, para convertir el ‘Dorothy’ en el primer videoclub porno de la ciudad, un lugar que acabará convirtiéndose en el epicentro de un terremoto entre las vecinas del barrio. La liberación sexual ya es imparable.