La industria de la moda está de muchas maneras ligada a otros sectores de forma casi inevitable. El mundo del vino, en ocasiones, puede involucrarse a la perfección en todo lo que rodea a la vestimenta o los complementos, tal y como demostró, en su día, la castellano y leonesa Amaya Arzuaga, que fue el claro ejemplo de cómo dominar ambos universos.
Ahora es el turno de la vallisoletana Celia Mulero, que se erige como una de las jóvenes promesas del diseño en la industria de la moda, a nivel nacional, y su carta de presentación ha sido, precisamente, ligar su primera colección al mundo vinícola y al enoturismo.
Tras haber sido elegida como la tercera mejor diseñadora joven del país en la 38ª Edición de los Premios Nacionales a la Moda para Jóvenes Diseñadores, la vallisoletana, de 27 años, insiste en la relevancia de ciertas iniciativas que permitan "dar visibilidad al talento emergente de Castilla y León".
La gala de estos galardones, organizados por la Asociación Ande, asociación de Jóvenes y Nuevos Diseñadores Españoles, tuvo lugar el pasado 16 de noviembre, cuando la ESI Alumni del Grado en Diseño de Moda se hizo con este reconocimiento después de haber sido seleccionada con su colección 315 como representación de Castilla y León.
Esta asociación busca dar visibilidad a los talentos emergentes de la moda en nuestro país. Fomentar la cohesión y el intercambio creativo entre regiones es uno de los principales focos, ofreciendo a los jóvenes diseñadores una oportunidad de crecimiento y networking con el resto de profesionales del sector. Impulsando el emprendimiento.
Este premio supone un "importante" paso en la carrera profesional de la joven, y además pone de manifiesto el talento y la creatividad de los jóvenes diseñadores de Castilla y León: "Para tener éxito no hace falta vivir en Madrid o irse fuera de España. Aquí hay talento y tenemos que presumir de ello".
La colección presentada en el certamen está inspirada en el vino y la Ribera del Duero, con un enfoque único y diferenciador: el proceso creativo se basó en una cata sinestésica de moda y vino. Este método permitió fusionar los sentidos y las emociones para plasmar la esencia de este producto en cada diseño.
'315', que así se llama su obra, está muy vinculada a las Bodegas Servilio, en Pesquera de Duero, familia vinícola que le ayudó en el trabajo de investigación sobre la labor en las viñas y en la elaboración del vino para inspirarse en sus diseños. Su objetivo es establecer un maridaje entre vino y moda, buscando y seleccionando distintas texturas, colores y formas a través de la sinestesia, una condición que puede darse en un individuo que es capaz de oír colores, de ver sonidos o de apreciar texturas cuando saborea algo.
El proyecto ha evolucionado en la creación y presentación de una colección de prendas y complementos, analizando, justificando y relacionando la idea y el diseño con la experimentación y análisis sensorial. Dicha interacción es llevada a cabo a través de un maridaje; el proceso de casar un alimento con el vino. En este caso, se unirá la bebida con la moda para generar diferentes texturas, colores y formas que den lugar a una colección.
La colección también se inspira en la novela Romeo y Julieta, que da un toque más romántico. Julieta sería el rosado, al ser un vino más suave, que recuerda al primer amor; Romeo el blanco o verdejo, simbolizando la frescura y juventud. El amor prohibido entre los protagonistas lo da el vino tinto, al ser más oscuro y robusto, con una sensación de calidez en la boca.
Mulero, que cuenta con una trayectoria profesional que abarca proyectos como ayudante de backstage en MOVA, asistente de estilismo para Zara Garo y como estilista para varios artistas de Valladolid, desea un futuro en su tierra: "Las redes sociales pueden servir para expandir el talento vallisoletano".
Además, ha trabajado en el taller familiar de Elvira San Juan, de donde dice haber aprendido "todo" lo que ella sabe: "Existen pequeños negocios donde se trabaja realmente bien. Deberíamos explotar la metodología y el talento y ser conscientes de que solo hacen falta más medios".
De cara a un futuro próximo, la vallisoletana se plantea explotar esta experiencia de cata sinestésica como negocio dentro de la industria enoturística y compaginar esta faceta con la creación de su propia firma de moda: "Mi sueño sería estar en la próxima Fashion Week de Madrid".