El Consejo de Gobierno ha aprobado este jueves las obras de construcción de nuevas instalaciones en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid para la reintroducción del lince en Castilla y León. Con un coste de 389.000 euros estará financiado por fondos europeos Next Generation-EU.
El objetivo es construir un módulo de boxes conformado por ocho zonas iguales divididas en tres recintos, un box para la estancia de los ejemplares de lince con una antesala para acceso y control del personal especialista y un patio para el movimiento del lince al aire libre. Las instalaciones se complementarán con la construcción de un módulo para el personal con sala de curas y almacén.
Los trabajos permitirán acondicionar una zona del CRAS destinado a albergar temporalmente a los ejemplares de lince ibérico procedentes de traslocaciones desde otros territorios, así como a los que por cualquier circunstancia presenten problemas físicos y requieran su captura para realizar los tratamientos veterinarios necesarios que permitan su reintroducción una vez recuperados.
El protocolo de liberación del lince ibérico, desarrollado en el marco del proyecto 'Life Lynxconnect', señala que los ejemplares de lince destinados a las liberaciones en las áreas de reintroducción podrán ser procedentes del programa de cría en cautividad o ejemplares silvestres nacidos en libertad. Para este último caso resulta imprescindible la disponibilidad de instalaciones donde los ejemplares puedan realizar una cuarentena previa a su liberación, según se especifica en el protocolo de actuación coordinada para la translocación de ejemplares silvestres de lince ibérico con fines de conservación, aprobado por el Grupo de Trabajo del lince ibérico en España y Portugal.
Según señala este protocolo, la translocación de un ejemplar de lince ibérico junto con sus potenciales patógenos, puede poner en riesgo el estado sanitario de las poblaciones de destino o de otras especies de animales silvestres o domésticos presentes en la zona. Estos riesgos se reducen en gran medida si se cumplen unos mínimos requisitos sanitarios. Por eso, es necesario acometer estas obras al fin de poder someter a todos los individuos translocados a un periodo de cuarentena.
El protocolo de liberación del lince ibérico establece, igualmente, que las primeras liberaciones en una nueva área de reintroducción deben realizarse mediante el sistema de suelta blanda en cercados de pre-adaptación, a fin de favorecer la supervivencia de los ejemplares y garantizar su asentamiento, evitando la dispersión.
Para ello, la Junta ha destinado una inversión de 130.000 euros, también mediante encargo a la empresa Tragsa. El cercado presuelta contará con la construcción de vivares de hormigón en su interior para refugio de los conejos y colocación de bebederos, así como la construcción de diferentes charcas por el área de reintroducción para facilitar la disponibilidad de agua en el entorno.
En su tiempo de estancia de los linces en el cercado, se realizará un seguimiento y monitorización intensiva de los ejemplares al objeto de comprobar su estado físico y comportamental. Transcurrido el tiempo estimado de preadaptación, se procederá a la apertura definitiva de las puertas del cercado para que los linces lo abandonen por sí mismos.