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José María Viteri, director del Teatro Calderón y gerente de la Fundación Municipal de Cultura, dirá adiós próximamente a su vida laboral tras muchos años formando parte de la escena cultural vallisoletana como referente y gran figura del mundo del teatro en la capital de provincia.
Tras una excelente trayectoria profesional que comenzó en su tierra natal, Bilbao, como director de producción y, posteriormente, director artístico del Teatro Arriaga, se despide de las bambalinas del teatro con la promesa de jubilarse en los próximos meses.
Llegó a Valladolid en 2002, nombrado gerente de la Fundación Municipal de Cultura, labor que ha desempeñado simultáneamente con la dirección de programación del Teatro Calderón desde 2009.
No fue hasta el pasado 2017 cuando, el más conocido como Txema Viteri, tomó el mando de la dirección artística del afamado y prestigioso teatro vallisoletano, a la que ahora dirá adiós con la llegada del próximo verano.
Toda una vida dedicada al mundo del espectáculo y a la programación cultural que se consagró el pasado mes de septiembre de este año con el premio Ángel María de Pablos a la mejor labor profesional de las artes y las letras, un reconocimiento de los Premios Amigos del Teatro Ciudad y Provincia de Valladolid.
PREGUNTA: ¿Cómo afronta su retirada después de tantos años al servicio de la cultura vallisoletana?
RESPUESTA: No sé qué va a pasar hasta que suceda. Uno no sabe lo que se vive hasta que se jubila propiamente. He tenido la suerte de poder dedicarme a lo que me gustaba, que ha sido la gestión cultural. Pero en la vida hay momentos para todo. Mi entorno familiar me pide que me jubile. A mi alrededor hay personas que ya están jubiladas y que me están esperando. Un teatro tiene unos horarios diferentes al resto de los trabajos. Lo lúdico lleva otros tiempos al resto de las oficinas o los lugares de trabajo. Además, es bueno dejar paso a las nuevas generaciones que vienen con otro tipo de preparación, muchas ideas y una gran ilusión. La renovación del equipo supone renovación de proyectos. De vez en cuando es necesario un reciclaje.
P: ¿Qué va a hacer Txema Viteri a partir del día de su jubilación?
R: No tengo nada previsto. Mantendré relación con las artes escénicas de alguna manera; estaré más disponible por si alguien necesita algún tipo de colaboración; y me dedicaré a algunas de mis aficiones como son, por ejemplo, la jardinería.
P: Usted se va, pero quedará por delante toda la programación de la Temporada 2025-2026, ¿qué vamos a ver?
R: No tengo claro quién va a sustituirme. Eso corresponde a la Concejalía de Cultura y a Irene Carvajal. Eso sí, por tiempos, siempre vamos planeando una programación de cara a la temporada siguiente. Si yo me iré en verano, la programación de la Temporada 2025-2026 estará ya más que decidida. Llevamos tiempo ya trabajando en ello. Se va a seguir la línea de lo que hemos estado haciendo hasta ahora con un buen teatro, lírica y danza.
P: ¿De qué se siente más orgulloso de toda su trayectoria profesional en Valladolid?
R: No tengo una sensación de 'orgullo', en absoluto. No es lo que uno piense de sí mismo, sino lo que uno recibe. Siempre he detectado un tremendo respeto a mi trabajo. Supongo que si es que están contentos con mi trabajo es que lo habré hecho bien. Yo he hecho las cosas con la mayor profesionalidad posible, pero no por hacerlo bien, sino porque tenía que hacerlo. Estaba aquí para hacerlo, se supone que bien, claro. Se van a cumplir 23 años en Valladolid y me voy con muy buen sabor de boca.
P: ¿Algún espectáculo en concreto que haya supuesto una especial ilusión en usted al conseguir que formase parte de la programación cultural?
R: Hemos tenido espectáculos muy singulares. Valladolid es una ciudad de estrenos que han funcionado muy bien. Además, hemos contado con producciones magnificas. Se me viene a la cabeza una dirigida por Carlos Saura, en el año 2011, con el título de 'Flamenco India', de la que no destacaría tanto su resultado artístico como sí su relevancia. Aunque yo destacaría, más que espectáculos, la presencia de primeras figuras de la escena como José Sacristán, Lola Herrara, Josep María Pou, Héctor Alterio Núria Espert o la ya fallecida Concha Velasco. Lo más importante de la industria ha pasado por aquí. Y no hablamos solo de actores, también directores de escena o autores.
P: ¿Y algo que le hubiese gustado llevar a cabo y no ha sido posible?
R: Sonará raro pero me hubiese encantado llevar a cabo un espectáculo de Revista. Era una ilusión que tenía. No hablo solo del género que se vio en esa época tan concreta como la que tenemos todos en su memoria. Me refiero a una comedia musical española con tintes muy concretos que girase en torno a esa tradición pero con directores nuevos y una mirada mucho más moderna. Una versión renovada con la esencia de la Revista.
P: ¿Cómo ve ahora mismo la escena cultural española?
R: El teatro está siempre en crisis, como se suele decir. Pero nuestra escena nacional es potente. Si no tuviésemos un buen músculo artístico, no habríamos sobrevivido a la Covid 19. Se cayó bastante la escena pero tuvimos una gran capacidad de reacción. Mantuvimos los compromisos, se hicieron funciones con solo 250 personas de público, o cambiando el horario para poder estar en casa a las 20.00 horas. Tras todo eso, la respuesta fue potente. Nos hemos repuesto de muchas situaciones complicadas, como también lo fue la crisis económica del año 2008. Mirando al futuro, tenemos un buen presentimiento. Aunque la sociedad avance hacia lo digital, nada es comparable con las artes vivas. Nos mantenemos a lo largo de los siglos porque la sensación que tiene el espectador ante un actor o un cantante en directo, es imposible de reproducir.
P: ¿Cómo ha sido su relación con la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid a lo largo de los años?
R: Siempre me he llevado bien con todo el mundo, independientemente de qué partido estuviese en el cargo. No sé si es que lo he hecho muy bien o será que he molestado muy poco. Con Irene Carvajal, actual titular del cargo, tengo una fantástica relación. También fue así con Alberto Gutiérrez, Angelines Porres, Mercedes Cantalapiedra y Ana Redondo.
P: Usted es de Bilbao pero, ¿ha llegado a sentirse vallisoletano?
R: Me considero completamente vallisoletano. Amo mi tierra y allí pasé los 40 primeros años de mi vida, tiempo especialmente relevante en la historia de cada uno. Aun así, he de ser agradecido y reconocer que Valladolid me ha dado lo mejor que tengo. Me gusta mucho esta ciudad, lo tiene todo.
P: ¿Qué destaca de la cultura de Valladolid que la haga especial respecto a otras provincias?
R: Valladolid tiene un patrimonio cultural, en general, muy importante. Yo he vivido el nacimiento de grandes equipamientos como es el Museo Patio Herreriano, un lugar con una estructura fantástica. Destacaría también la presencia del Archivo Municipal, que me parece maravilloso. Además, el Laboratorio de las Artes de Valladolid ha dado pie a espectáculos maravillosos. Y luego surgió el TAC con mayor presupuesto y un importante número de actividades. Tenemos la Casa Colón, somos sede de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y contamos con el Centro Cultural Miguel Delibes...
P: ¿Y de los vallisoletanos?
R: La ciudad de Valladolid ama el teatro. Y eso no es un tópico. Ahora que me voy a jubilar, podría decir lo contrario si fuese cierto. Pero es una gran verdad que los vallisoletanos sienten casi devoción por este arte. Además, de Valladolid han salido grandes nombres del mundo del teatro con compañías que han llevado a cabo proyectos importantísimos.
P: ¿Qué tiene de especial el Teatro Calderón?
R: El Teatro Calderón, que se fundó en 1864, cuenta con un edificio que ya de por sí te marca. Es uno de los grandes escenarios municipales que tenemos en este país. Técnicamente, está muy bien dotado y una de las principales prioridades de nuestro equipo es irnos poniendo al día de las actualizaciones tecnológicas o en materia de sostenibilidad y accesibilidad que permitan una mayor calidad de los espectáculos que tengan lugar en nuestras tablas.
P: El pasado mes de septiembre, recibió un reconocimiento de Amigos del Teatro a toda su carrera, ¿se agradecen estos premios por el trabajo que ha desempeñado?
R: Siempre es maravilloso recibir en vida cualquier premio. Además, todos sabemos el peso que tiene en Valladolid Amigos del Teatro y no puedo estar más feliz de tener conmigo ese galardón que resume tres elementos importantes en mi vida como son la pasión por el teatro, Valladolid y mis amigos.