El corresponsal de guerra Antonio Pampliega visita la UEMC

El periodista ha ofrecido una charla a los alumnos de la universidad donde ha repasado sus 17 años de ejercicio

Eva Martínez Miguel
Viernes, 29, Noviembre, 2024

La Universidad Europea Miguel Delibes (UEMC) ha contado con la visita del reconocido corresponsal de guerra Antonio Pampliega. El periodista ha compartido, en un encuentro exclusivo titulado 'Los ojos de la guerra', su experiencia en conflictos armados y su secuestro por Al Qaeda en 2015. 

La actividad está enmarcada en la colaboración de la Universidad con el evento de 'Caja Negra' 2024. Pampliega ha repasado su trabajo desde la guerra de Irak, donde acudió por primera vez con 25 años, hasta la actualidad, en 17 años de ejercicio profesional en los que ha pasado por países en conflicto de todos los continentes

Y eso que, como apuntó durante la charla, quería ser periodista deportivo, pero en sus años universitarios conoció el trabajo de varios corresponsales y, en un momento en el que el foco se encontraba en las guerras de Afganistán e Irak, decidió ir a este último país "trabajando por libre, lo que significa que me pago yo todo" desde entonces.

"Cuando te conviertes en corresponsal de guerra, hay dos primeras veces que no olvidas: la primera vez que te disparan y el primer muerto que ves", recordó ante los alumnos de la UEMC en una charla marcada por las duras imágenes que Pampliega ofreció para mostrar la crudeza de los conflictos, para señalar que la guerra de Siria ha sido la más difícil porque "ese grado de violencia no lo he visto jamás", aunque sí se mostró convencido de que "es el mismo que está pasando ahora en Palestina".

Reconoció asimismo que el frente de combate "engancha, lo necesitas en tu vida y te conviertes en un yonqui". "Pero lo que no engancha, la parte jodida, es el dolor ajeno", continuó explicando a muchos futuros periodistas, ante los que afirmó que "se tiene que contar" porque, de lo contrario, "no existe y, si no se ve en el resto del mundo, el régimen puede seguir haciéndolo".

Por último, se centró en la salud mental de los propios corresponsales por "trabajar con el dolor ajeno", máxime tras un secuestro de 299 días en los que "no paras de darle vueltas a la cabeza". "Es muy psicológico y los secuestradores juegan absolutamente con todo", confirmó, antes de aseverar que "tiene que haber un momento en la vida en que tienes que cambiar, porque sino, colapsas".

En su caso, fue el nacimiento de su hija el que le hizo dejar de cubrir conflictos por el mundo, si bien sigue realizando trabajos en otros países y continentes sobre "un psiquiátrico en Afganistán, donde atan a los pacientes para que no salten", o sobre mareros en Colombia o mujeres violadas en el mundo. Animó por ello a los jóvenes a contar esas historias para que se trabaje en que dejen de ocurrir. Y es que "fuera de Europa, el mundo es un agujero negro", concluyó. 

 

 

 

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