En octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que transportaba al equipo rugby Old Christians Club, junto con familiares y amigos, se estrelló en plena cordillera de los Andes. Durante 72 días los supervivientes se enfrentaron a condiciones extremas de frío, hambre y aislamiento, tomando decisiones desgarradoras para mantenerse con vida.
Una historia que sigue conmoviendo al mundo 52 años después. El próximo 16 de diciembre, Eduardo Strauch, uno de los 16 sobrevivientes, compartirá su impactante testimonio en el Teatro Carrión de Valladolid. Con motivo de este evento, TRIBUNA Valladolid ha tenido la oportunidad de conversar con él sobre su experiencia en los Andes, el proceso de reconstrucción de su vida tras el rescate, su visión actual de aquella tragedia y el impacto de la película La Sociedad de la Nieve.
PREGUNTA: Después de una experiencia así, ¿qué es lo que vale realmente merece la pena para usted en esta vida?
RESPUESTA: Hay pocas cosas que realmente merecen la pena. Primero dedicarles el mayor tiempo posible a las personas que queres, y al amor en todas sus formas, dedicar tiempo a la naturaleza. Es lo fundamental que me ha hecho ser más feliz, tengo muy claro que así es.
Segundo me quedó muy marcado, después de convivir dos meses con la muerte, que es no desperdiciar el tiempo, ni un minuto de esta vida que no sabes cuándo se te va a acabar, me despierto y agradezco estar vivo.
Estar en la naturaleza es silencio también es algo que me hace muy feliz, y más en este momento de la civilización, con este ruido tan ensordecedor que nos marea y nos hace seguir por caminos equivocados para buscar la felicidad.
P: ¿Qué fue lo más difícil de retomar su vida cotidiana?
R: En esa experiencia me di cuenta de las cosas que eran valiosas y las que no, y que yo pensaba que si lo eran. Fui cambiando el rumbo de mi vida, y desprendiéndome de muchas cosas e incluso de mucha gente que me di cuenta de que no me aportaban, no eran receptivas a lo que yo podía dar después de esa experiencia donde maduré aceleradamente. Me costó un largo tiempo reinsertarme otra vez aquí con todo lo que había aprendido y visto claro, y adaptarme otra vez a esto.
P: ¿Cómo manejó las preguntas y el juicio de la sociedad sobre las decisiones que tomaron para sobrevivir?
R: Yo en el momento que tomé la decisión de vivir de esa manera, comiendo a nuestros amigos muertos, que parece una cosa tan horrorosa, fue un trabajo mental muy duro al principio, quizá fueron minutos o quizá no lo sé.
Una vez que vencí el tabú cultural me di cuenta que era lo que tenía que hacer, quería vivir y era la única manera, que todos estábamos de acuerdo y jamás tuve ningún remordimiento, pesadilla, ni ninguna ayuda psicológica. Éramos jóvenes y queríamos vivir, era la única manera.
Eduardo Strauch tras ser rescatado después de 72 días en los Andes
P: Si pudiera hablar con el Eduardo de 1972, ¿qué le diría ahora?
R: Has aprendido muchas cosas, las has ido asimilando y procesando muy bien, estoy muy contento de todo lo que aprendiste, y que te sirvió hasta el día de hoy. Todo lo que hiciste en los Andes, no podías haber hecho nada mejor, y todo lo mejor que pudiste.
P: Siguen en contacto los supervivientes, ¿cómo ha evolucionado su relación con el paso de los años?
R: Ha evolucionado porque evidentemente a medida que uno va envejeciendo vas cambiando y viendo las cosas con perspectiva, va pasando el tiempo. Hemos estado siempre con un vínculo muy fuerte que nadie puede establecer de ninguna manera.
Algunos se han alejado en algunos momentos, y algunos en otros, pero seguimos siendo un equipo después de 52 años, vinculados, en contacto, pendientes los unos de los otros. Es una cosa muy linda, es el único equipo que conozco que se mantiene siendo un equipo después de tantos años.
P: Ha vuelto en numerosas ocasiones al lugar donde ocurrió el accidente, ¿cómo se siente cada vez que regresa a esos parajes, y qué significado tiene para usted poder regresar allí?
R: He ido 20 veces y siempre son las mismas emociones, muy fuertes y positivas. Me acerco a la tumba donde están los restos de mis amigos, siempre siento esas ganas de llorar, cosa que no pude hacer cuando ocurrió el accidente porque la situación no lo permitía. Así que lo he hecho ahora, después de 50 años vivir esa emoción, y siento esa conexión con la montaña, aprendí a quererla después de odiarla tanto.
Es una especie de retiro espiritual para mí, donde me saco el polvillo de la civilización, me lo sacudo y vuelvo otra vez. Ahora voy con mucha gente de diferentes partes del mundo, haciendo grandes amigos... es un plus que tengo ahora cada vez que voy.
P: La Sociedad de La Nieve ha sido un triunfo completo a nivel mundial, ¿qué le pareció la película?, ¿se esperaba todo el éxito que ha tenido?
R: Yo siempre estuve esperando años y años un director latino que interpretara nuestra historia como había que contarla. Por suerte cayo las historia en manos de este talentoso Bayona e hizo una película que nos encantó a todos. Nos pareció la mejor manera de contar nuestra historia, de una manera tan poética, respetuosa y sensible con esos silencios.
Jamás nos imaginamos la repercusión que iba a tener nunca, ni cerca. Fue y sigue siendo una explosión, gente que no conocía la historia, sobre todo chicos, menores. Es evidentemente mucho más que una película, se conectó con el ser humano.
P: En su opinión, ¿qué le faltaba a la película Viven que encontró reflejado en La Sociedad de la Nieve?
R: A esa película le faltaba casi todo para contar realmente nuestra historia. Tiene una cantidad de virtudes técnicamente hablando, pero es una historia absolutamente deformada de la historia real. Es una película de aventuras basada en la historia nuestra, y esta de Bayona es la historia nuestra contada magistralmente.
P: ¿Cómo le afectó emocionalmente revivir esos momentos?
R: Imagínate para nosotros es el mismo escenario porque el paisaje exterior es exactamente en el lugar montado con lo que grababan en Sierra Nevada. Es muy impactante, pero muy emocionante todo el sufrimiento que dejamos mucho tiempo atrás, ahora todos los recuerdos son positivos.
Muy impresionante encontrarme con los amigos que fallecieron, muchos actores son tan parecidos y con la voz tan parecida que están de vuelta en ese lugar. En el caso de Enzo que interpretaba a Numa, hizo un trabajo brutal, y era él, hasta las hermanas de Numa lo sentían como el hermano cuando fue a la casa, recorriendo todos los lugares donde el vivía.
Acordarnos de todo lo que vivimos y de lo que es capaz el ser humano es una experiencia que no esperaba a estas alturas de la vida. Ha sido muy impresionante nos volvió a juntar a todos, las familias de los fallecidos habían quedado un poco separados de nosotros y a raíz de la película entendieron lo que se había vivido, y volvimos a ser una gran familia.
Esta película es mucho más que una película y ha generado una cantidad de cosas muy profundas e importantes.
P: ¿Cómo describiría la conexión que se generó entre los actores y los supervivientes?
R: Se generó un vínculo mucho más fuerte de lo que nos imaginábamos. Cuando ellos estaban tratando de representarnos, cuando nos encontramos con ellos la primera vez estaban muy emocionados con este proyecto.
Cuando volvieron de Sierra Nevada y nos volvimos a encontrar, nos contaron como lo pasaron, lo duro que había sido. Y sobre todo ahora cuando volvieron para un nuevo proyecto que está en vida de concretarse el año que viene o el otro, que estuvieron en el mismo lugar que nosotros en los Andes, nevado, frío en el mes de octubre. Otra vez se pusieron en contacto con nosotros, diciendo que no podían creer lo que habían vivido, el frio que habían pasado aun estando con todos los equipos.
Se generó un vínculo muy lindo, y entre ellos también se montó un grupo con todo eso que compartieron durante meses trabajando en la película, todo es súper positivo.
P: ¿Cómo ha influido la película y su éxito en su manera de contar su historia o en cómo la percibe la gente hoy?
R: La gente ve la historia nuestra muy cercana a la realidad, y eso es lo que impacta mucho incluso a mi mujer, mis hijos, amigos... nos han escuchado, leído y visto todos los documentales posibles durante 40 años, y recién ahora entendemos lo que habéis vivido.
La gente que conocía la historia la conocía muy por arriba, y aquí se metieron en la historia realmente, y es impresionante todo lo que recibí y recibo, los viajes que estoy haciendo a lo largo del mundo. Todo lo que recibo de la audiencia, todas las preguntas que me hacen, la emoción que me transmiten, el agradecimiento por transmitir nuestra historia, no me imaginaba a estas alturas de la vida que iba a estar viviendo esto tan fascinante.
Es muy gratificante porque sé que ayuda a salvar vidas esta historia, ha salvado a gente de depresiones. Tengo casos impresionantes, hace unos días un mexicano que conocí me escribió diciendo "gracias a la historia de ustedes pude pasar un momento dificilísimo que estoy pasando, y recuerdo lo que pasaron ustedes".
P: Viene a Valladolid el día 16 con su charla 'Exit. Sobrevivir en los Andes', ¿ha estado anteriormente a la ciudad?
R: En Valladolid no, en España he recorrido casi todo de arriba abajo. Nunca he visitado la ciudad, así estoy fascinado de ir, de conocer, sé que es una ciudad muy linda.
P: Por último, ¿cuál es el principal mensaje que intenta transmitir a la gente cuando da estas charlas?
R: Lo más importante, que me desespera es que sepamos el potencial que tenemos los humanos y que no utilizamos que es capaz de tantas cosas inimaginables. También el no desperdiciar la vida, hagan lo que sea, aprendan, disfruten, no desperdicien el tiempo que no sabemos cuándo se nos acaba.