La Navidad que nunca llega para los universitarios de Valladolid

Entre apuntes, estrés y sacrificios personales, afrontan un periodo que pone en duda la organización del calendario académico

Unai Saez Fernández
Sábado, 14, Diciembre, 2024
Navidad

Para los universitarios de Valladolid, la Navidad está lejos de ser un período de descanso. Las reuniones familiares y las celebraciones con amigos se convierten en breves respiros en medio de largas jornadas de estudio sin pausa. Apenas concluidas las fiestas de Reyes, los estudiantes deben enfrentarse a unos exámenes decisivos que ponen a prueba su preparación y condicionan su futuro académico y profesional. Este periodo, marcado por la presión y el estrés, exige sacrificios que pueden pasar factura, especialmente en términos de salud mental y bienestar emocional

TRIBUNA ha contactado con dos universitarios naturales de la capital vallisoletana, que durante el año viajan a Burgos y Madrid para realizar sus estudios, para que nos cuenten su experiencia y visión del periodo vacacional navideño con los exámenes finales entre ceja y ceja. Hugo Antolín, estudiante de Derecho en la Universidad de Burgos, y Marta Maté, estudiante de veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, afrontan estas señaladas fechas con mucho que memorizar, y poco que celebrar.

La organización, un aspecto clave

Tal y como cuenta Marta, al organización es un aspecto clave para poder aprobar los exámenes y poder contar con un pequeño espacio para el ocio. "El reparto del temario a lo largo de los días debe ser equitativo y muy completo. Realmente de descanso, solo me cojo el día 25 de diciembre y el 1 de enero", señala la residente en Madrid. Por su parte, Hugo, ante la agenda tan apretada que se vive en Navidad, cree que "es muy complicado intentar mantener una rutina" y confía en "ir improvisando sobre la marcha, pero con mucha constancia". 

Gran impacto en las relaciones familiares

Las Navidades son, en muchos casos, la única ocasión en la que toda la familia se une, algo que los universitarios deben sacrificar, aun estando en su periodo vacacional."Es muy frustrante. No vivo con mis padres, y durante el curso no tengo tiempo para volver a casa. Entonces, el tener que dedicar el poco tiempo que estoy en casa a estudiar no es el mejor plan. A veces, no entienden que 'prefiera' quedarme estudiando a estar con ellos, cuando, obviamente, no es cuestión de querer, sino de obligación", declara Maté. 

Por supuesto, las relaciones de amistad también sufren un considerable impacto en este sentido. "El tiempo que estas estudiando no puedes dedicarlo a tus amigos, que acostumbran a hacer planes y viajes que tú no puedes disfrutar si no te organizas muy bien. Se supone que es una época de descanso, pero solo tenemos los exámenes entre ceja y ceja", afirma Antolín.

Manejo del estrés

La gestión de la mente y de los nervios es decisivo en una época en la que es muy importante maneter la concentración. En esto, el estudiante de la UBU tiene clara su visión: "Hay que darle a los exámenes la importancia que tienen, ni más ni menos, es algo clave para mí. Hay mucha gente a la que le afecta, incluso físicamente, pero es necesario tener la mente despejada para estudiar". 

Las terapias y las distracciones que ayudan a limpiar la mente son necesarias bajo tanto estrés. La estudiante de la UCM afirma que "salir a la calle a respirar y a correr" son actividades que ayudan mucho a no venirse abajo. Abstraerse con alguna serie, o pasar tiempo con su familia, siempre que pueda, le sirve de gran apoyo. Sin embargo, ella dice que "el estrés siempre está ahí, sobre todo cuando no cumplo con mis objetivos".

¿Un sistema de exámenes mal planteado?

La ubicación de este periodo evaluativo inmediatamente después de las fiestas navideñas no solo compromete el significado de la Navidad como un tiempo de descanso y conexión familiar, sino que también afecta directamente al bienestar emocional y mental de los estudiantes. Los testimonios de Hugo y Marta reflejan un esfuerzo constante por encontrar un equilibrio entre las exigencias académicas y el deseo de disfrutar de las relaciones personales y de un necesario tiempo de desconexión.

Sin embargo, la presión es la definición de estas semanas. La incapacidad para disfrutar plenamente de un periodo que debería ser vacacional evidencia la necesidad de replantear el calendario académico. Marta también confiesa que "tras acabar los exámenes, no hay ni un solo día de descanso antes de empezar las clases, lo que supone un cansancio mental impresionante".

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