El Aula conquista una victoria clave ante el Elda Prestigio
Un juego coral y resiliente otorga un triunfo valioso en un duelo ajustado
El Atlético Valladolid ha terminado la primera vuelta de la liga imbatido en Huerta del Rey, tras imponerse a un Ademar que pagó cara la expulsión de Rodrigo Benites en el plano defensivo, y que no pudo impedir el triunfo local, gracias a una buena segunda mitad.
Que el partido iba a estar muy igualado, y que cada balón se iba a disputar al máximo, quedó claro desde el primer minuto, ya que ambos equipos salieron con la intención de marcar el ritmo y tomar la iniciativa.
Los vallisoletanos hicieron valer la explosividad de Alejandro Pisonero y el lanzamiento exterior de Gustavo Oliveira para contrarrestar la calidad y experiencia de Carlos Álvarez o Rodrigo Pérez Arce y adquirir ventaja (5-3).
Pero aunque la conservaron durante algunos minutos, lo cierto es que a los locales les costaba más anotar, porque Ademar se cerró en defensa y, en cambio, los leoneses empezaban a sacar demasiado petróleo por el centro del cuadro azulón.
La defensa del conjunto pucelano no estaba siendo tan consistente como en otras ocasiones, también debido a la buena circulación del rival, que estaba llevando el ritmo donde quería y donde más les resultaba cómodo.
Eso bloqueó a los de David Pisonero, que rotaron en busca de soluciones, con Edu Calle o Miguel Martínez, si bien se toparon con un fiable Darío Sanz y un resolutivo Rodrigo en la dirección del conjunto visitante.
Gracias a un último gol de Gedo desde el pivote, y de nuevo con Pisonero dirigiendo a los vallisoletanos y asumiendo la responsabilidad del ataque, la renta ademarista se quedó en un gol al descanso (15-16).
Tras la reanudación, los de Dani Gordo salieron con todo y, merced a su intensa defensa, ampliaron la renta hasta los tres goles (16-19), pero el Recoletas no bajó los brazos, y comenzó a apretar más en su área, lo que propició rápidos contraataques.
Los leoneses perdieron a Rodrigo Benites, que estaba siendo un baluarte defensivo, por tarjeta roja directa, y lo notaron mucho. Eso dio alas a los locales, que tomaron las riendas del juego, ante un rival que parecía perdido.
Tanto, que ese descontrol derivó en una nueva tarjeta roja, en este caso, a Lindqvist, que aprovechó el Recoletas para ir añadiendo tantos a su casillero (29-23, m.49), desplegando el juego rápido que le caracteriza.
Dani Gordo paró el crono, en busca de revulsivos, y los halló. Incrementaron la presión defensiva, realizando cambios diversos, cerrada y abierta, con Darío Sanz como avanzado, pero también con un 4:2.
Llegaron a situarse a tres goles, pero los gladiadores azules contaban con el apoyo de su afición y esta les llevó en volandas para amarrar una importante victoria, en el tramo final de la primera vuelta, antes de viajar a Torrelavega.